¿Verdad o Reto? || YoonGi [+18]

↪ OCHO ↩

— ¿Tomaste las píldoras? —preguntó Taehyung a su novia quién asintió con una sonrisa— Eso esta bien, no querrás llevarte con una sorpresa dentro de nueve meses —rió  abrazando la espalda de Suni mientras caminaban por el ruidoso pasillo lleno de estudiantes. Deteniéndose en sus respectivos casilleros para guardar sus mochilas y sacar los útiles necesarios para la siguiente clase

Suni observo a su alrededor discretamente buscando con su mirada a YoonGi, que hace dos día después de tan bochornoso día no lo veía, le preocupaba, su ritmo cardíaco aumentaba cuando por su cabeza pasaban pensamientos nocivos, debido a las malignas amenazas que Taehyung soltaba cuando YoonGi intentaba acercarse a la joven. Respiro profundo, cerrando su casillero, giro su cuerpo para notar como su novio coqueteaba con una esbelta peliteñida, acoralandola sobre su casillero, jugueteando con su cabello, tan sonriente, olvidando por completo que detrás suyo estaba su novia.

Después de todo ella tampoco tomaba su relación como algo serio, claro que no, desde hace mucho prefería dejar los calificativos amorosos, a un más los pronunciaba por compromiso, por obligación más no porqué los sentía o quería

— Da igual —sin interés alzo los hombros para disponerse a caminar a su primera clase del día— Eres un maldito cerdo —declaró refiriéndose a Taehyung

Un silbido junto con un susurro escucho su nombre, esto hizo que detuviera su caminar, examinando el lugar para averiguar de donde provenía, se sorprendió al ver que detrás de las escaleras de paso se encontraba YoonGi escondiéndose, ella lo ignoró pero de nuevo insistió a su llamado

— Suni, solo será un momento —suplicó con voz baja

— Taehyung  —advirtió— Puede vernos

— No lo hará —alargo su mano, esta dudando la toma entrelazando sus dedos y caminar apresuradamente a la parte trasera del instituto un pequeño lugar donde quizá Taehyung no pudiese encontrarlos, ojeando la zona donde se encontraban, el rubio rió por lo que veía, el pasto arrebasaba sus rodillas, la mayoría de los enormes arboles que adornaban el espacio estaban talados, además de un terrible olor a excremento de animal— Que hermoso lugar —habló sarcástico— Y el olor es delicioso

Ambos rieron a carcajadas, el lugar no era un buen sitio para encontrarse y hablar, sin embargo, la calidez de sus miradas, abrasaban sus convalecientes corazones, de alguna u otra forma les gustaba sentirse reconfortados el uno al otro con sus simple presencia que entre risas y bromas caminaban con dificultad por la zona.

— Espera —YoonGi la detuvo tomando su mano para llevarla al final del pequeño bosque— Mira —señalo con su dedo un hermoso jardín que adornada una enorme y lujosa casa— Te salvaré de la aburrida y desastrosa clase de Filosofía

 — ¿Qué? como sabes...

  Jalando su mano caminaron sigilosamente al barandal que separaba entre aquella casa y el pequeño bosque, sin pensarlo YoonGi agilmente salto al otro lado, caminando hacía el bello jardín y tumbarse sobre las coloridas flores, en un grito haciendo eco el lugar anunció— ¿Porqué no vienes? es cómodo

— Estas loco, alguien puede verte

— No notaran nuestra presencia, ¡Anímate! o prefieres quedarte de ese lado, oliendo a popo de animal

Sin pensarlo dos veces, trepo el barandal cruzando ella también al otro lado, corriendo con prisa a lado donde YoonGi permanecía acostado cubriendo sus ojos de los intensos rayos de sol. Ella también opto por la misma posición que la del muchacho

 La joven curiosa urgó a sus lados las tantas flores que los rodeaban arrancando de su costado una de estas, para después olfatearlas

— Gardenias —pronunció con una gran sonrisa, mirando a su lado izquierdo y observar como su mayor la examinaba detenidamente— Su olor es delicioso, es como un perfume fresco y dulce —sonrió discretamente tras eso prosiguió— Cuando tenía doce, después del colegio, camino a casa, solía desviarme por una estancia, donde infinidades de flores, cultivos y demás adornaban el lugar, de entre tantas particulares flores, siempre llamo mi atención las gardenias, su contextura, su aroma es inigualable, a pesar de ser sencillas para los demás, para mi siempre serán únicas e irresistibles