coraline 2: el misterio de la otra madre

Capitulo 16: ¡imposible!...¿eres tu?

La Beldam se encontraba vagando por los jardines de su hogar, miraba como las flores que en un momento habían estado llenas de vida ahora lucían muertas y putrefactas, miraba a los alrededores tenía demasiado poder y al mismo tiempo era insignificante, desde el momento que tomo el cuerpo de esa mujer y le arrebato la madre a esos dos niños su mundo se fue hacia abajo, fue encerrada en un mundo paralelo en el cual solo veía oscuridad, con el tiempo supo cómo crear cosas, el palacio rosa fue su primera creación y poco a poco fue desprendiendo su magia y haciendo que esta se lograra traspasar al mundo real aunque fuera solo un poco y logro engatusar a esos niños para que la siguieran hacia su mundo, al principio fue difícil pero con el tiempo logro volverse una experta...y aunque al principio solo lograba comer el cuerpo de los niños, se dio cuenta que no era suficiente, necesitaba más necesitaba devorar sus almas, pero en cuanto comenzaba a comerlos su alma escaba al mundo real, dejando solo ese simple cascaron vacío, con el tiempo descubrió la forma de retener el alma, tenía que impregnarlos con algo de esa dimensión, así que decidió hacer lo que la hacía única... consiguió crear un hilo que creo con su propio cabello y su sangre, los botones fueron una invención mejorada por así decirlo, y aunque le costó bastante trabajo logro colocar parte de su magia en esos botones, haciendo que el alma quedara anclada a su dimensión, el cocer botones en los ojos le había traído una gran ventaja...

Todo estaba saliendo bien pero esos tres niños lograron sacarla de quicio, tal fue su molestia con ellos que decidió castigarlos de la peor manera, después de cocer los botones escondió los ojos de los niños, y vaya que había sido un error, oculto sus ojos en objetos pero algo salió mal y las almas desaparecieron de su vista, pensó que las almas se había evaporado, pero para su mala suerte Coraline los encontró ...eran peores que las plagas, intento atraparlos nuevamente, pero eran demasiado escurridizos, le fue imposible encontrarlos, con el tiempo había olvidado cual era la forma de los objetos en los que había transformado sus ojos y al desaparecer el alma de los niños simplemente los escondió en lugares diferentes pero con el tiempo les perdió la pista. Nunca se imaginó que esos objetos habían estado siempre frente a sus narices...eran las desventajas de la edad

Después del fiasco de los niños había decidido crear una llave que le permitirá salir de esa dimensión, pero no importaba que experimentos hiciera, la llave nunca salió como ella deseaba, ella sabía que había conexiones aparte de la pequeña puerta pero le era imposible acceder a ellas, intento utilizar la parte profunda del pozo pero había una especie de energía que le impedía acceder a él, el viento parecía ir en su contra, y una ráfaga siempre la lanzaba varios metros hacia atrás antes de llegar siquiera al fondo de pozo...así que decidió no seguir intentando

Después de eso todo había estado tranquilo pero al atraer a Coraline las cosas se había comenzado a complicar, el viento parecía más agresivo, varias veces tuvo que encargarse de las catástrofes que el mismísimo viento causaba, en una ocasión tuvo que dejar sola a Coraline para arreglar esos conflictos, por suerte todo había saldo de acuerdo a su plan y Coraline no se había percatado de nada

la Beldam salió de sus pensamientos al escuchar el chirriar de una reja, rápidamente dirigió su mirada hacia el enorme portón negro que dividía el jardín de la casa, pero una gran ráfaga de viento la azoto, la tierra comenzó a levantarse impidiéndole la visión, como pudo intento fijar la vista y entre las hojas y el polvo logro ver una silueta medio transparente, una mujer de cabellos largos...ella la conocía más que bien, ese rostro le traía demasiados recuerdos y a pesar del tiempo que había pasado su rostro estaba fresco en su memoria

-Daniela...imposible- murmuro la otra madre

El viento comenzó a mecerse con más fuerza las hojas revoloteaban con demasiada velocidad que incluso lograron cortar levemente su piel, la silueta despareció en un abrir y cerrar de ojos, era la madre de Alexander y de Elizabeth, eso era imposible, se supone que había acabado con ella después de que la encerrara en esa dimensión, miro hacia el palacio rosa y logro ver la puerta cerrándose