capitulo 17: ¿Otra historia?

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La noche paso rápidamente Coraline se mantenía despierta o más bien no podía conciliar el sueño, de vez en cuando caminaba hacia las ventanas para asegurarse que la otra madre no se encontrara deambulando cerca de la casa, cualquier ruido la hacía ponerse alerta, de vez en cuando también revisaba que las puertas estuviesen bien cerradas, pero no importaba cuantas veces revisara para su suerte todo estaba muy tranquilo y eso era lo que más la inquietaba, no había rastro de la otra madre ni mucho menos de Elizabeth, desde que Alexander le había comentado que posiblemente había asesinado su hermana se sentía muy preocupada, no por el acto en si no por la tranquilidad con la que el gato se encontraba, era demasiada calma para alguien que asesino a un miembro de su familia, esas palabras de ''creo que mate a mi hermana ''fueron como si le hubiese dicho ''Coraline creo que pise una cucaracha y la embarre por el suelo'' . un tono que daba a entender como si no le tomara mucha importancia al asunto, pero lo que más la inquietaba eran esos ojos azules tristes, que no concordaban en absoluto con sus acciones. Coraline miraba a Alexander de vez en vez, intentando encontrar un punto en el que el gato se quebrara y dejara salir el remordimiento o la tristeza, pero no pasaba no había ningún rastro de arrepentimiento, solo unos ojos tristes, miro el pelaje negro acostado justo a un lado de un wybie muy dormido, giro ligeramente su rostro miro a su madre dormida en un sillón de color rosa. Mel había sido la mujer más valiente, y claro era más que obvio que se sentía orgullosa de su madre, pero también era la que se veía más agotada de todos, hace solo unas horas había perdido a su esposo, el hombre que más amaba, y casi pierde a su hija, aunque por suerte eso no paso. Coraline metió su mano a la bolsa de sus pantalones, y con delicadeza saco la pequeña llave color negro con un botón en un extremo, miró fijamente el objeto que sostenía con fuerza

- ¿Cómo una cosa tan insignificante puede causar tanto daño? - pensó Coraline

Recordó cuando cerró las puertas de la casa, había colocado la llave y había cerrado cada una de las puerta del palacio, la llave había creado una especie de protección que impidió que la otra madre o cualquier creatura de ese mundo pudiera entrar, pero fue un arma de doble filo, ahora ellos no podían salir tampoco... ¿Cómo se suponía que buscaría el otro objeto?, ella no podía salir del palacio rosa, ya había intentado abrir alguna puerta pero la llave ya no las abría, intento romper una ventana pero la protección se lo impidió...estaban encerrados. La desesperación comenzaba a apoderarse de Coraline sus pies se movían de un lado a otro, las uñas ya estaba medio comidas y comenzaban a sangrar ligeramente, la desesperación de pensar en salir la llevo hasta las escaleras, las subió lentamente y camino hasta la que era su habitación en ese mundo, por algún motivo sintió la necesidad de intentar abrirla con la llave, y siguió su instinto, tomo la llave y lentamente la introdujo en la cerradura y la giro lentamente hasta escuchar un *clic*, fue casi imperceptible, la puerta desprendió una extraña luz de color naranja y un aroma a humedad, su sorpresa fue que al abrir la puerta estaba su habitación, la del mundo del que ella provenía, los colores grises y el techo un tanto resquebrajado

-mi cuarto- murmuro Coraline con felicidad, saco la llave con cuidado y la guardo nuevamente

Dio dos pasos hacia adentro de la habitación, una especie de energía la impulsaba a introducirse a su mundo, escucho un golpe seco se giró y miro que la puerta por la que había entrado se había cerrado por completo, corrió hacia la puerta y al abrirla aún era su dimensión, su madre y wybie se habían quedado en la otra. Intento regresar por wybie y su madre, volvió a introducir la llave pero no funciono, ya no podía regresar, salió rápidamente de su habitación y corrió escaleras abajo, deteniéndose justo en el pasillo , miro el rastro de sangre que perteneció a su padre, desvió la mirada no era tiempo de recordar cosas dolorosas, camino a paso rápido a la puerta principal, esquivando las manchas de sangre, mientras caminaba miro en las paredes los surcos que habían dejando en la pared las garras de la otra madre, el papel tapiz estaba desecho casi por completo, al llegar a la puerta su sorpresa fue rápidamente dibujada en su cara al ver a sus dos vecinas a las señoritas spink y forcible, las dos mujeres miraron a Coraline y arrugaron la nariz casi al mismo tiempo

coraline 2: el misterio de la otra madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora