Capitulo 24

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El grito de Mel resonó en todo el lugar, el cuerpo inerte de Coraline había caído al suelo, sin tiempo a ser detenido por Mel o por wybie, la sangre brotaba de la espalda de la joven, cubriéndola como si fuese una cálida manta de color carmesí, el césped de color verde se había manchado de rojo, los ojos de Coraline habían perdido su brillo característico, dos jemas de color café completamente opacas, sus ojos completamente abiertos debido a la sorpresa y a la agonía, sus labios antes rosas ahora se encontraban de un color blanco y resecos. Sin pensarlo dos veces Mel se abalanzo hacia Coraline tomándola en brazos intentando limpiar la sangre que se había pegado en su rostro al caer al suelo, Mel la acuno en su pecho sin importarle que la sangre de su hija se le pegara a la ropa.

Mel paso sus manos con delicadeza acariciando las mejillas ya heladas de su pequeña niña, los ojos abiertos de Coraline parecían mirara a su madre, pero Mel sabía que realmente no la estaba mirando...su amada niña ya no estaba con ella...lo que sostenía era solo un cascaron roto

-Coraline...Coraline- la voz de Mel sonaba dolorosa, llena de desesperación...pero al mismo tiempo sonaba llenada esperanza, como si con llamarla ella fuera a regresar- mi niña...Coraline...vas a estar bien, todo va a estar bien...mamá lo arreglara...te lo prometo

Wybie sentía un nudo en la garganta, un dolor que era causado por las ganas de llorar al ver a la madre de su mejor amiga completamente destrozada...wybie miro el cuerpo de su amiga, un cuerpo el cual había perdido la luz que siempre la rodeaba, wybie intento acercarse, pero su avance fue detenido por Mel, la cual se limitó a abrazar más a su hija. Un quejido de dolor atrajo la atención del moreno...la Beldam había despertado

- ¿Qué fue lo que paso? - la Beldam logro sentarse en el césped a pesar del dolor que sentía

la Beldam miro en la misma dirección en la que lo hacía wybie, notando como las lágrimas de Mel caían por sus mejillas, notando el cuerpo manchado en sangre de la joven que alguna vez la había considerado su mayor enemiga, pero sabía exactamente lo que pasaba, noto la gran herida en la espalda de la cual aún salía sangre. Fue en ese momento que el poco corazón que aún tenía la otra madre se quebró...Coraline había muerto...Coraline era el sacrificio y por ende...Coraline poseía el alma de su hijo

-no...no de nuevo- la voz de la Beldam sonaba dolorosa, con dificultad se arrastraba hacia donde Mel se encontraba- no me lo quites de nuevo...no de nuevo

Mel escucho las suplicas de la Beldam, dirigiendo su vista hacia la mujer que se arrastraba hacia ella, con lágrimas rojizas escurriendo en su mejilla, clavando las uñas en el césped intentando darse más impulso. Mel no entendía la desesperación en la mirada de la Beldam, pero por algún motivo se sentía identificada. La mirada de Karina se centraba en ver a su vieja amiga arrastrarse hacia la pequeña peli azul...y eso la hacía sentir demasiado bien.

La otra madre se arrastraba por el pasto, dejando las marcas de las uñas enterradas en este, el sonido de sus huesos se escuchaba con claridad, un sonido que logro estremecer a wybie. Lágrimas de color carmesí bajaban por los ojos de botón manchando las mejillas de la otra madre, los labios apretados en una sola línea, sus uñas se clavaban en el pasto intentando darse impulso y moverse, aunque fuese un poco más rápido...wybie sintió lastima por la Beldam...él sabía sus motivos y por alguna razón sintió su dolor.

Karina mantenía una sonrisa de oreja a oreja, observaba con suma atención como la mujer que hace muchos años había sido su amiga se arrastraba intentando acercarse al cuerpo que había contenido el alma de su pequeño y muy amado hijo...un cuerpo que ahora era simplemente un cascaron vacío. Sintió que la guadaña en sus manos se movía inquietamente, observo la enorme esfera de color azul de la cual parecía desprenderse una especie de humor rojizo...el alma se estaba revelando, la guadaña no parecía poder soportar la fuerza con la que el alma se resistía...un grito proveniente de la esfera resonó en todo el lugar haciendo que los presentes taparan sus oídos, un sonido tan agudo y desgarrador que hizo sangrar los oídos de Karina.

coraline 2: el misterio de la otra madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora