Una apuesta fue el primer detalle que cambiaría todo.
Sanji y Zoro llevan una relación que se ha vuelto toxica , ya no sienten amor el uno por el otro a causa de que Sanji jamás podrá olvidar a su primer y único amor
Zoro no se había portado muy bien la noche anterior. Ni los días, semanas o meses anteriores mas bien dicho.
Había estado bebiendo hasta perder la razón y no le pudo responder a Sanji de la manera correcta.
El rubio había despertado temprano en la mañana. Encendió un cigarrillo y se sentó en la cama .Contemplaba a su amado durmiendo, inhalo otro poco de humo y lo soltó viendo lo muy calmado que el peliverde lucia en ese estado. Reposando parecía un ángel. A veces el rubio pensaba que el problema era él y no Zoro.
Después de varios minutos más de observar a su amado tomo la decisión de dejarlo descansar e ir a hacer las cosas para el desayuno.
—Bien, yo me debo levantar a cocinar—susurró para él mismo.
Al intentar ponerse de pie la mano del espadachín le dio un jalón atrayéndolo hacia él. Sanji cayó sobre el pecho del marimo ,quien sonrió al verlo.
—Buenos días—Le dio un beso en los labios y preguntó— ¿A dónde vas? —
—Debo prepara las cosas, ayer quedo echo un desastre la cocina...—Menciono afligido.
—Nah...Quédate un rato más aquí...—Pidió comenzando a besarle el cuello. Zoro era bastante apasionado cuando quería.
Sanji se estremeció ante los labios del peliverde, pero tenía responsabilidades y a decir verdad el rubio no sentía ganas de hacerlo esta mañana. Menos con la poca falta de interés del peliverde la noche anterior.
—Debo ir a la cocina—Anuncio apenado, sin embargo, Zoro no se detuvo. Tomo a Sanji por los hombros y lo arrojo a la cama quedando encima de él.
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Sanji sonrió con abatimiento, no sentía la necesidad en estos momentos, no quería hacer el amor con Zoro. Quizá si esto hubiese ocurrido ayer lo habría hecho encantado, pero el marimo la noche anterior había estado demasiado borracho como para si quiera quitarse la ropa.
—Zoro...no—Le dio un beso al espadachín, tomándolo de las mejillas lo miro a los ojos —Después lo haremos ¿Ok? Ahora no estoy con ganas...—Se disculpó —Lo lamento—
El marimo lo observo arqueando una ceja ,como si no lograra procesar la petición de Sanji y continuo besando el cuello de este.
—Zoro...—Mencionó con dificultad tratando de mantener una sonrisa en su rostro a pesar de lo dificultosa que era la situación.
El espadachín siguió, sacando la camisa del cocinero, besando cada rincón de su torso, pasando su lengua por el abdomen del rubio . Dejandose llevar por su ímpetu y deseo sexual matutino. Luego comenzo a desprenderse de su propia ropa.
Se intentaba quitar sus prendas con arrebato, mientras permanecía estado en las caderas del rubio, a quien tenia inmóvil con esta posición.
—Zoro...realmente no tengo ganas ahora...—Comento nuevamente, siendo ignorado por el marimo quien ya había logrado desprender su camisa, entonces prosiguió hasta la ropa interior de Sanji intentando desnudarlo—Zoro ...basta...—Pidió esta vez con un poco más de convicción. Tomó las manos del marimo evitando que sacara aquella última prenda.
