Perfección.

Capítulo 25

Narra Diana

Estábamos en clase de Sociales, yo estaba viendo a James usando el celular, dios. Pero en eso...

-James por favor, entrégueme lo que esté usando. -Dijo la profesora.

-Maestra, no me lo quite! -Dije James riéndose.

-Dámelo. -Dijo firme la profesora.

James hizo un gesto de disgusto y finalmente se lo entregó.

-Te lo daré mañana, si te lo ganas, claro. -Dió a entender la profesora. -Bueno, seguimos con la clase.

Reí.

Volteé a ver a James.

James me miró con un gesto, extraño. Algo tipo "¿De que te burlas? Reí de nuevo.

Los minutos pasaron hasta que se acabó la clase, y al fin, salimos de vacaciones de diciembre.

Fui caminando directo con James.

-¿Que se siente estar sin celular? "Te lo doy mañana". -Reí

-¿Eso que tiene de malo? Malo que me lo diera en uno o dos meses.

-Pues, ya salimos de vacaciones.

James se sorprendió.

-¡QUE! ¿COMO? -James gritó.

-Si, mañana ya no venimos.

-Maldita sea, te veo más tarde en el Café, ¿Si? Voy a recuperar mi teléfono.

-Si lo consigues mándame un mensaje.

-Cuenta con eso, Adiós princesa. -Me besó la frente.

-Adiós.

Agarré mis cosas y me fui caminando a mi casa, me puse mis audífonos y me deje llevar.

Llegué y, todo normal. Mis padres estaban comiendo, mi hermana estaba jugando y... Había una señora y un señor, junto con ¿Un chico? Masomenos de mi edad.

-Hola, buenas tardes. -Saludé a los señores, y al chico.

Me devolvieron el saludo.

-Hola mamá, ven porfavor. -Dije.

Mi mamá se dirigió a mi.

-¿Que pasó hija? -Dijo mi mama, tranquila.

-¿No me piensas explicar quienes son ellos?

-Son unos amigos míos, perdieron su casa y, nos ofrecimos para que se quedaran aquí un tiempo. -Susurró.

-¿Pero no pensabas decirme? Además no hay espacio en la casa.

-Pues, hoy nos ofrecimos, tu estabas en el colegio. Porfavor, se respetuosa con ellos.

-¿Con quien van a dormir? -Pregunté.

-Van a dormir aquí en la sala. 

Me quejé.

-Bueno. -Dice sin ganas.

Me senté a comer, y me sentía incomoda ya que el chico me veía mucho.

(...)

Estaba arreglándome, y en eso recibí un mensaje.

Debe de ser James.

Y si, era James.

Hola princesa.

Decía el mensaje.

Decidí llamarlo.

James contestó riendo.