Perfección.

Capitulo 19

Narra Diana

-Oye James. -Reí un poco nerviosa.

-Dime. -Dijo desanimado.

-Ya llevamos mucho tiempo abrazados. -Reí.

-Oh claro! Lo siento, lo siento, lo siento, es que no puedo ver a la gente triste, y pues, fue un reflejo. -Pasó su mano por su cabello.

Reí.

Se hizo un silencio incomodo.

-¿Y tu novio? -Preguntó James bajando la cabeza.

-Romperé con él. -Una pequeña sonrisa se liberó.

-Pero... -James me volteó a ver.

-Si, romperé con el, ¿sabes? Esto me ayudo mucho. Me desahogue. -Hice contacto visual con James. -Esto me hizo saber muchas cosas.

-Cuando quieras, mi pecho solo esta reservado para ti, ti y solamente para ti. -Bromeó. -¿Podemos volver? Enserio, perdoname si te hice daño o algo parecido, no puedo controlar mis enojos, yo tambien tengo un pasado bastante doloroso.

-¿Te puedo preguntar algo? -Me acerque a el.

-Claro.

-El día en el que rompimos, o bueno algunos días antes, saliste de la oficina de la directora, golpeado, ¿Porque actuaste tan, frío? No lo sé, aveces eres tan... -James me interrumpió.

-Lo que pasó es que nadie tiene derecho de lanzarte piropos, y menos sobre tus pompis. 

Reí.

-Vamos, no tiene nada de malo. -Me acerque a él.

-Me lo dijo en mi cara. -James rió. -Eso no es válido.

-¿Y porque te molestaste?

-Vamos fue muy... Incomodo que me veas así, en ese estado, golpeado.

-Yo pudiera haber estado ahí para darte un beso en cada herida para que te mejores, pero termine con un, chico, rayos, Beck.

-¿Tu lo quieres mucho? 

-Es solo atracción, nadie me ha hecho sentir cosas como tú, pero, no se como cortarlo.

-¿Porque lo vas a cortar?

-¿Esto es un interrogatorio o que? -Dije incomoda.

-Disculpa, es la ultima pregunta.

-Porque me gustas, nunca dejaste de gustarme, mierda. ¿Que no es obvio?

-Tu tambien me gustas demasiado Diana. -James acercó sus labios a los míos y lo besé.

Fue tanta conexión, rayos, James, James, James.

-Entonces... 

-Claro, volvamos. -Reí.

Nos abrazamos.

-Mañana termino con el. -Dije decidida.

-¿Pero que le vas a decir? -Preguntó James preocupado.

-No te preocupes, ya sabre yo. -Le guiñé el ojo. -¿Con no hacerlo sentir mal sabes? -Reí.

-Deacuerdo, supongo que te tengo que llevar a tu casa.

-Me iré caminando si quieres. -Reí.

-Vamos pequeña, el grande y atractivo James no se ofrece a llevar chicas todos los días. -Pasó su mano por su cabello.

Lo miré con desaprobación.

-¿Sabes porque? -Dijo James acercandose a mi.

-¿porque? -Dije en un tono pesado.

-Porque nadie me a hecho sentir como tu, Diana. -Me dió un tierno beso.

Reí.

-Ya niño cursi. -Dije sin despegarme de sus labios.

-Lo siento pequeña, ya ves. -James rió.

Aunque fue muy repentino, no tengo dudas, volveré con James y romperé con Beck.

-Supongo que ya me iré. -Reí.

-Te acompaño! -James se paró a abrir la puerta.

-Gracias caballero.

-Denada princesa. -Dijo con voz ronca.

Salimos y caminamos toda la distancia de su casa a la mia, obviamente, en silencio, ¿pero saben? esos silencios que no son incomodos, son de esos silencios con los que te sientes comoda.