Es hora de trabajar.

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¡Hola!

Quiero pedirme una enorme disculpa. Llevaba un poco mas de un año sin actualizar la historia, pero tengo una buena excusa y bueno, el problema era que edité los otros capítulos por que realmente no me había convencido lo que escribí ahí, por eso tuve que corregirlos primero, para después tomar el hilo de la historia.

Pero prometo estar actualizando lo antes posible, si es que la escuela me deja.

Por cierto, la chica de la imagen es como yo me imagino a Beryl si fuera de verdad. Estoy tratando de encontrar a personas que se parezcan a ellos si tienen alguna sugerencia me la pueden enviar.

...

Eso no había salido como esperaba. Nuestra salida termino siendo una confesión de mis pecados a Seiya. Pero ahora que lo pensaba me sentía un poco diferente sobre todo cuando tomo mis manos y dijo que todo estaría bien. Le creí, realmente le creí y si, sé que suena algo loco o tonto, pero ¡ahg yo que sé! a lo mejor solo es mi estúpido periodo y sus estúpidas neuronas.

En lo único que estaba segura de que no me podría ayudar seria para estudiar para mi examen final. Maldita escuela, malditos exámenes y maldita sea yo y mi mala memoria. Así que pase prácticamente toda la tarde estudiando, repitiendo párrafos, copiando en cuadernos viejos ecuaciones y fórmulas para poderlas grabar en mi memoria.

Sentía que mi cabeza iba a explotar en cualquier momento, juro que esta noche soñare con las estúpidas fórmulas de matemáticas. Tengo que darme un respiro y se perfectamente como darme ese respiro. Aunque ahora que veo la hora en mi celular ese pequeño respiro que me quería dar se fue al carajo.

"Mierda voy tarde al trabajo"

Sali disparada al baño donde me día la ducha más corta que pude, me puse lo más cómodo que encontré y salí corriendo de mi casa hacia ese maldito lugar.

Una de las tantas reglas de aquel lugar era: Siempre traer un antifaz cuando es hora de trabajo y dos, jamás entres por la puerta principal si eres una de las chicas que brinda sus servicios, no estas a la altura de los magnates como para pasar por el mismo lugar que ellos o bueno eso nos había dicho el.

Tomando en cuenta las tantas advertencias que había recibido, sobre todo cuando las cosas con él no estaban del todo bien hice acopio de entrar por donde según él me corresponde. Además, aun no logro entender cómo me pilla siempre. Al principio yo oponía resistencia como toda chica en su sano juicio así que me pasaba las reglas por el culo y bueno a partir de ahí aprendí que con aquel hombre no se juega.

La vibra de ese lugar era extraña, pesada no...sabría cómo decirlo. Era como si entraras a otra dimensión. Una dimensión que te atrapa te arrastra con ella. Sea cual sea el destino ella te lleva consigo.

Recorrí los grandes pasillos y salones asignados para cada grupo de chicas que estaba metida en esto. No tuve que caminar demasiado ya que una puerta de madera obscura me indicaba que ya era hora de empezar esto. Al empujar la pesada puerta pude darme cuenta de que estaban las chicas practicando lo que parecía ser una coreografía nueva.

Seguramente Ananel estaría enseñándonos uno de sus millones trucos para aprender a ser satisfactorias. Inmediatamente me reprendí por haber olvidado algo tan importante como los ensayos.

- Hasta que la señorita se digna a parecer. – escupe Ananel hastiado por mi retraso.

- Lo siento. – objete.

- ¿Hace cuánto que no te revuelcas con alguien para traer ese puto genio? – no es culpa del sexo mi mal genio, más bien era todo esto lo que me ponía de malas sin olvidar las horas que me pase estudiando para el examen. Pero entendía que Anan lo confundiera con eso, después de todo para el todo estaba relacionado con el sexo.

Demonios celestiales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora