EXPLICACIONES

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Gracias por sus poemas

Yo soy tu amante, no tu amo. Me encanta oír tus carcajadas y esa risa infantil. Me gustas relajada y contenta. Esa es la chica que un día entro a bruces a mi despacho. Esa es la chica de la que un día me enamore.

...

Al entrar a mi casa mis padres nos recibieron con cálidos abrazos. Rei era una experta en esto de mentir, sabía que está muy cabreada, pero la admiraba guardaba los escrúpulos eso le daba un punto a su favor. Al subir a mi habitación azoto la puerta y desato toda su furia, ¿Qué rayos?, ahora sí es la Rei temperamental que conozco.

- Explícate. - Me fulmino con la mirada.

- ¿Y por qué carajos te tengo que dar explicaciones?, si la que me debería dar explicaciones eres tú. – apunte a su dirección.

- ¿Yo? y por qué carajo te las tengo que dar yo. – grito alterada.

- No te hagas la inocente, más que nadie sabes lo que has estado haciendo, ahora no me vengas con que no sabes nada, ¿Por qué mierda estas saliendo con Nicolás?

- ¡Ah! con que a eso te referías. – sonrió aliviada. – Serena sabes que yo también soy parte de esto y por eso mismo estoy tratando de ayudarlas. Entiendo que nuestros esfuerzos no han dado el resultado que queríamos, pero no por eso nos vamos a quedar de brazos cruzados.

Si, entiendo su punto, pero porque carajos sonrió aliviada. Me está ocultando algo y me voy a encargar de sacarle la verdad. A Serena Tsukino no se le escapa nada.

- Bien entiendo lo que me quieres decir Rei, pero no me puedes negar que la situación se te fue de las manos. – Rei se remueve incomoda, perfecto he dado en el clavo. – No puedes negar esas sonrisas de enamorada.

- ¿Enamorada? Crees que no se la magnitud de esa palabra.

- No sé Rei, ya nada es igual. Tu ya no eres igual Rei, nadie aquí es igual. – contestó afligida.

- ¿Que ya no soy igual?, Serena hoy te viste con alguien y ni siquiera te tomaste la molestia de decirnos. Acaso guardar secretos es parte de la nueva tú, el cambio del que hablas realmente es mío o es tuyo.

- Rei sabes que no estoy ocultando nada.

- ¿Estas segura? Pues eso no me pareció haber visto eso hoy ni el viernes que se presentó.

- Y como pretendías que te lo digiera. – espete furiosa. - Ya no vas a nuestras reuniones, no llegas temprano a trabajar, desapareces tardes enteras y todo por estar con Nicolas.

- ¿Conoces el teléfono? pues te informo que sirve para llamar y mandar mensajes. – escupe sarcásticamente.

- Rei no soy una niña pequeña para decirte que voy a hacer o a donde voy a salir.

- No, sé que no lo eres, pero eso era parte de nuestro trato. Y tú aceptaste las normas, pero ahora veo que te vale un carajo.

- Lo siento vale, solo quería empezar con esto y bueno tú no te habías tomado la molestia de decirme que estaba pasando entere Nicolás y tú.

- Serena entiendo tus inseguridades y te prometo que no las cambiaría por un buen polvo, óyeme bien, estamos juntas y eso es lo que importa.

La mire acusadoramente, sabíamos perfectamente las dos que si nos cambiaría por un buen polvo. – Ok si las cambiaria, pero solo por un rato después volvería con ustedes.

Sentía verdaderamente la sinceridad de sus palabras y eso me aliviaba. Después de todo es Rei con quien pelearía si ella se fuese.

- Lo único que no alcanzó a entender Serena es por qué a ti. O sea, esta nuestra reputación y también tenía entendido que hay una zorrita de por medio.

Demonios celestiales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora