Demonios celestiales.

Business...

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¡Hola!

Oficialmente me pueden golpear, lo sé, lo sé, sé que les prometí el capitulo antes, pero de verdad que no tuve el tiempo que me gustaría haber tenido para haberlo hecho.

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Los escuchaba charlar muy a lo lejos y con cada palabra que salí de sus bocas solo lograban que mi odio y rabia hacia mí misma creciera. Había vendido a una de mis amigas, a mi casi hermana; a la chica que nunca me dejó y me apoyo en todo momento; a la chica que había depositado su total confianza en mis manos y yo solo le pude pagar con una dolorosa traición.

- Selene-. escuche el llamado por parte de mi supuesto esposo, seguramente solo quería humillarme más de lo que ya lo había hecho.

Con mucha rabia levanté la cabeza para corresponder su llamado, pero lo que vi en la entrada del despacho me dejo perpleja. Mi corazón se detuvo y unas incontenibles ganas de llorar me llenaron por completo.

Y ahí estaba ella, infundida en un precioso vestido rojo, que le ayudaban a resaltar sus hermosas curvas. Su rostro se veía hermoso y brillaba gracias al maquillaje, sin embargo, sus ojos no reflejaban nada. Me odie tanto por no poder decirle la verdad. No podría mentirle y decirle que todo estaría bien que yo lo solucionaría como siempre lo he hecho, sin embargo, esta vez no podría ayudarla estaba vez no tenía la solución.

- Señor Shields ella es Mina o bueno su futura Mina-. Mina me miro un instante, después agacho la cabeza y camino hasta el señor Shields y lo saludo cordialmente.

- Pero si es una hermosura. – susurro observando a Mina de pies a cabeza.

- Muchas gracias, es un placer conocerlo señor Shields-. Mina era...era muy mala mintiendo y sobre todo fingiendo, se que esta ocultando las ganas de llorar y correr en busca de su libertad, sin embargo, sus sonrisas fingidas la delatan mucho.

- No preciosa, el gusto es mío, es un total gusto-. el señor Shields estaba completamente fascinado con Mina y seguramente pagaría la costosa cantidad por ella.

- Selene hay que darles unos minutos para que puedan conocerse-. Escuche el susurró por parte de mi esposo, segundos después me tomo del brazo para que empezara a encaminarme hacia la salida del despacho- Señor Shields le daré unos momentos para que medite su decisión.

Y sin más que decir salimos del despacho a un rumbo desconocido, tenia que rogarle, impedir que pasara esa venta, no me importaba que la deuda se me multiplicara, yo tenía que salvar a mi amiga, como ella lo hizo conmigo.

- Me sorprendes Serena, siempre creí que eras una perra, pero jamás pensé que pudieras llegar a estos extremos.

- No fue mi decisión o ¿sí? - ¿me había dado alguna otra elección? y aunque le hubiera dicho no, el simplemente haría su santa voluntad como siempre lo ha hecho.

- Querida claro que fue tú elección, tú pudiste haberlo detenido, pero no lo hiciste, simplemente dejaste que las cosas pasaran.

- Y si ahora decido cambiar de decisión, ¿permitirías que Mina quedara fuera de esto? y ¿si decido intercambiar lugar con ella? - Y ahí iba uno de mis intentos desesperados para cambiar la situación, sabía que no funcionaria, pero de todas formas lo intentaría para que se diera cuenta que no importaba mi decisión siempre ganaría él.

Lo escuche soltar una pequeña risa, para después mover la cabeza en negativa-. Es que aun no te dicho la mejor parte mi querida Serena, mira yo no quisiera verme con poca falta de postura así que no puedo romper las ilusiones del señor Shields, pero les puedes decir a tus otras amiguitas que pueden dejar de trabajar cuando gusten.

- Lo vez, no ha sido mi elección. Esto ya lo habías planeado con anticipación, sabia que no me dejarías ir tan fácil. Pero no estas tomando en cuenta algo, mientras el señor Shields no te pague la cantidad que acordamos, la deuda no está soldada, así que, técnicamente todavía tengo tiempo para conseguir ese dinero.

Por un par de minutos no recibí una repuesta en cambio seguíamos caminado por lo pasillos de aquel lugar exclusivo. Llegamos a la parte VIP del lugar y nos sentamos en un par de preciosos sillones blancos. Todo absolutamente todo en aquel lugar estaba decorado una exquisitez, no por nada es uno de los lugares más caros y exclusivos.

- Mira Serena no se de donde crees que podrás pagar una suma tan grande, sin embargo, si la logras pagar antes de la fecha acordada entre el señor Shields y yo, dejare libre a todas tus amiguitas. Sin embargo, como no creo que lo logres te daré la oportunidad de pagar la mitad y la otra mitad la pagaras en un favor que te pidiera mas adelanté y claro esta que no podrás negarte, de esa manera podrás pagar por completo tu deuda, bueno en realidad la duda de todas ustedes.

Tenía dos opciones y en ninguna de las dos yo salí libre, así que no importaba cual tomara las dos me llevarían al mismo lugar, pero hay que ser honestos la segunda me parece más razonable.

- ¿Cuánto tiempo tengo para pagar? - esa era la pregunta central, y si tenía poco tiempo tendría que encontrar la manera de lograr que Darien callera muy, pero muy rápido a mis pies.

- Ahora mismo no te lo puedo decir preciosa, dame un par de momentos en lo que el señor Shields termina de caer rendido a los pies de esa chiquilla, para que podamos llegar a un acuerdo tú y yo.

Claro que lo había convencido ahora solo espero que Mina pueda convencer a el señor Shields de que ella valía la mitad de su fortuna, para que esto pueda funcionar. Por lo mientras me sentare a pensar y ordenar todo en mi cabeza.

Escuche que anunciaban a Any para que pasara al escenario, me encanta que ella pase, no es por nada, pero esa chica lograría calentar al público entero en un abrir y cerrar de ojos. Observé como un par de luces eran apagadas para que Any pudiera ser el centro de atención. Mis ojos recorrieron uno a uno a los grandes magnates que estaban sentados allí y solo pensaba en lo estúpido y loco que es pagar una costosa membresía cada mes para poder satisfacer sus fetiches mas raros. Pero lo que veían mis ojos no podía ser cierto, delante de todas las filas estaba Seiya. Si estaba aquí por las razones que conozco le iba a ir muy mal conmigo, le dije que no quería que pusiera un maldito pie en este lugar.

¿Qué mierda hace aquí? Y ahora que recuerdo que voy a hacer yo, hoy tengo reservado un baile especial para mi queridísimo esposo.

...

Pido una enorme disculpa si encuentran alguna falta de ortografía o de redacción. Nos estamos viendo.