Capítulo 7

16.1K 1.2K 862
                                    

VII

Acaso puede haber imagen más adorable que ver a Louis Tomlinson intentando cocinar pancakes?

Sus mejillas tenían pequeños rastros de harina y su rostro estaba concentrado en las instrucciones de la parte de atrás de la caja para la preparación.

—Si quieres yo lo hago, Lou. –dije sentado desde el otro lado de la barra.

—No, tu quédate ahí. –dijiste aun mirando las instrucciones. – quiero cocinar para ti.

Me miraste, sonreíste y volviste tus ojos a la caja pero sin borrar la sonrisa de tus labios.

—¿Qué es tan gracioso? –pregunte curioso

—Nada. – seguías sonriendo.

Sé que no me dirás, eres imposible, pero alguna vez he mencionado que tu sonrisa es lo más bello que mis ojos pueden apreciar?, si pudiera pagar para nunca borrarla de tu rostro, daría todo lo que tengo sin pensarlo. No hay nada en el mundo que me haga más feliz que estar a tu lado. Quisiera apreciar esa sonrisa todas las mañanas, todos los días de mi existencia y ser yo el causante de estas. 

Sobre la mesa estaban mis manos, las entrelazaste con las tuyas, las acariciaste como si supieses lo que estaba pensando. 

—¿Cómo llegamos a esto, Lou? – pregunte intentando no quebrarme.

—No lo sé… –respondiste y dejaste a un lado lo que estabas haciendo. –Pero me hace feliz estar contigo.

Y como si fuesen palabras mágicas tocaste mi corazón, otra vez, siempre. ¿Por qué haces esto? ¿Por qué eres tan dulce? ¿Por qué te amo tanto?

~~~

La gira empezaba. Iremos a distintos países, estaba muy emocionado y todo se puso mejor cuando me entere que Eleanor no iría. Es una buena chica, nunca llegue a odiarla pero ¿Por qué tenia que tenerte? Se que no puedes dejarla y no precisamente por el hecho de que te estén obligando a tener una relación para mantener la imagen asignada de cada uno de nosotros. Es porque no te gusta lastimar a las personas que quieres y tú la quieres, lo sé, es tu forma de ser, te encariñas con las personas. 

Y de ahí el miedo que tengo, temo que prefieras sus besos antes que los míos, su compañía, sus ojos, sus caricias, su amor y sobre todo temo perderte. Después de todo, ella te conviene más que yo, es guapa, te quiere y lo más importante de todo… es mujer. Puede darte cosas que yo no… me destroza la idea. 

A la hora de escoger habitación del hotel donde nos quedaríamos no dudamos en que nos acomodaran juntos. Te tendría día y noche para mí. ¿Qué más podía pedir? Me sentía feliz.

Entramos a nuestra habitación, era bastante amplia y lujosa, contaba con dos camas gigantes. No lo dudaste y corriste a elegir la cama que estaba más cerca del gran ventanal con fabulosa vista al exterior. Te tiraste encima adueñándote de esta como un niño pequeño. 

Iba a comenzar una seria discusión contigo, ya que ni siquiera me diste oportunidad de escoger…

—Esta será nuestra cama.

Nuestra. Sonreí por tus palabras. No sabes cuantas imágenes me pasaron por la cabeza de todo lo que podíamos hacer en aquella cama y sentí como un leve escalofrió recorrió todo mi cuerpo.

—Ven acá. – ordenaste ya sentado en el borde del colchón

Obedecí y me acerque tanto a ti que mis rodillas chocaron con las tuyas, me mirabas desde abajo y en tus ojos vi que estabas tan feliz como yo, te pusiste de pie para estar a la misma altura, estábamos tan cerca. Pasaste tu lengua por tus hermosos labios de la manera más sensual, como si frente a ti estuviera el mejor manjar del mundo y lo estuvieras saboreando. Mordí mi labio inferior. No sabes todo lo que me provocas, sin hacerme esperar más sentí el dulce sabor de tus labios sobre los míos, de ese sabor del que estoy seguro soy adicto. Enredaste tus manos en mi cabello y yo aferre las mías a tu cintura juntando más nuestros cuerpos.

La puerta se abrió. Ambos nos separamos con tanta brusquedad que pude sentir como arrancaste sin querer algunos de mis cabellos. Era Niall.

—Eh… yo solo… quería ver la vista que les había tocado. –dijo y entro dudando un poco.

Algo me decía que él sospechaba algo, pero aún así no decía ni preguntaba nada. Sobe mi cabeza nervioso, te mire y estabas de lo más tranquilo contando mis cabellos recién arrancados en tu mano. Niall a penas si miro por el ventanal y antes de marcharse nos miro un poco a ambos.

—Continúen en lo suyo. –Pude ver como sonrió y cerro la puerta a sus espaldas.

Me quede pasmado ante sus palabras. Obviamente nos había visto. Te mire esperando que dijeras algo. Caminaste en dirección a la puerta y pusiste el seguro. 

—Hagámosle caso. –Susurraste.

Sonreí y te volviste a adueñar de mi boca.

Disimula (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora