Disimula (Larry Stylinson)

EPILOGO

EPILOGO

Creo que no hay palabras para describir como me siento. Soy feliz, realmente feliz, me desperté después de un largo y placido sueño, no recuerdo haber dormido tan bien alguna vez, tenia una enorme sonrisa en mi rostro, si, es muy estúpido, pero no puedo dejar de hacerlo, no puedo dejar de sonreír, te tengo junto a mi, dormido como un tierno bebé. La noche anterior hicimos el amor por primera vez, y no me arrepiento, esto es lo mejor que me pudo haber pasado, tú eres lo mejor que me pudo haber pasado.

Mire el reloj, las 11 a.m. habíamos dormido mucho, me incorpore de nuestra cama no sin antes depositar un beso en tu suave cabello revuelto, sonreí de nuevo ante tu tierna imagen, me vestí y me dispuse a salir en busca de un rico desayuno para los dos.

Regrese, estaba muy emocionado, quería ver tu carita al despertar, había traído lo que más te gusta, quería sorprenderte con tus alimentos favoritos en la cama, pero él sorprendido fui yo al encontrarte acostado en posición fetal llorando de una forma tan desgarradora.

–¡Harry! – Corrí hacia ti, los alimentos cayeron esparcidos por todo el suelo, no me importo.

Caí de rodillas al piso, para estar a la altura de la cama. Acaricie tu rostro, llorabas desconsolado, tus ojitos estaban rojos e irritados.

–Lou... te fuiste, desperté y ya no estabas, te fuiste otra vez, me dejaste
– Susurraste, tu mirada estaba perdida pero de tus ojos no dejaban de salir lágrimas.

Mi corazón se hizo chiquitito al verte así. ¿Qué mierda te he hecho, mi amor?

–Harry, mírame. –tome tu rostro con ambas manos, obligándote a mirarme. –Estoy aquí, fui por algo para desayunar, no me he ido, aquí estoy, contigo...

Llore, ante mi estaban todos los residuos de todo el daño que te hice.

–Perdóname, perdóname. –susurre uniendo nuestras frentes.

–Estas aquí. –Toco mi rostro con sus manos, sus ojos seguían nublados por las lágrimas.

Tome tus manos entre las mías y las bese, las bese con dulzura mientras eran mojadas por las lagrimas que escurrían por mi rostro.

–Si mi amor aquí estoy, no me iré a ningún lado.

Me acosté en la cama, a tu lado, te aferraste a mi cuerpo y yo acaricie el tuyo.

–No me dejes, no te vayas nunca.

–Nunca más.

Fue entonces cuando comprendí todo, en ti hay una herida que solo yo fui el culpable de abrir cada vez que me iba y te dejaba solo, y es algo que nunca me voy a perdonar, pero ahora mi trabajo es hacerla cicatrizar y lo haría con gusto. Planeo juntar todos los pedacitos de tu alma rota y volverlos a unir.

Te amo tanto, Harry.

~~~

Paris, Francia.  

Tiempo después...

La ciudad del amor, en una suite exageradamente lujosa que elegí para ti y para mí, es perfecta para nosotros, para lo que tengo preparado esta noche. Son las 5 p.m. y aun estas durmiendo. Claro, hicimos el amor toda la noche y parte de la mañana, estás agotado y yo también, pero estoy nervioso y no pude dormir, nervioso por lo de más tarde.