Ocho

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Yoongi observaba el lugar impresionado; jamás había entrado a ese museo, pero sí lo conocía

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Yoongi observaba el lugar impresionado; jamás había entrado a ese museo, pero sí lo conocía. No se había sentido tan interesado en ir ya que la historia no le gustaba, pero, viéndolo en aquella perspectiva todo parecía bello, hermoso y quizá algo mágico.

Su profesor hablaba sin parar, emocionado; de tantas veces que había visitado el lugar se había aprendido lo que el guía debería estar haciendo. Lo hacía más interesante, más divertido y dinámico.

Sin duda ese día había sido demasiado especial y lindo, Yoongi no había parado de sonreír feliz, su corazón se sentía muy eufórico.

—De tarea quiero que me hagan una reseña de lo que vimos hoy, les dejaré que lo entreguen la próxima semana —todas gritaron de felicidad para correr al autobús —. ¡Señoritas no corran! —Hoseok sonrió para caminar detrás de ellas a paso lento, aún admirando el museo, sin embargo sus ojos se posaron en cierta chica que admiraba un piano; de las primeras creaciones.

Caminó hasta quedar a su lado, fijándose bien en la expresión de aquella chica; pareciera que en cualquier momento saltaría a aquel cuerpo para tocarlo, veía esa necesidad, la ansiedad en sus dedos.

Hoseok sonríe; ella tenía algo especial, le atraía mucho, no dudaba un solo segundo que él es homosexual, pero Yoonji le hacía dudar bastante, desde que la vio, no ha parado de verla; sin discreción alguna.

Necesitaba tenerla, quería tenerla aunque fuera contradictorio para él mismo, aunque fuera prohibido. No cabe duda, Hoseok sabía que no tendría alguna oportunidad con el hermano de ella; Yoongi, tampoco lo conocía, si quiera hablaron un poco; le emocionó, pero Yoonji se está llevando toda su atención con esos ojos tan expresivos.

—Vamos, el autobús espera —le acarició sus delgados hombros, delicados y suaves con aquel uniforme —. Yoonji...

Los ojos de ella lo observaron; quería acariciar aquellas mejillas rojas y besar aquellos belfos rosas. Su corazón se agitaba al ver aquel rostro tan delicado.

— ¡Yoonji! —su prima toma del brazo a Yoongi, obligando a romper la conexión —. Vamos, nos quedaremos sin asientos —Hwasa le observa con una ceja alzada —. Profesor, tenemos que irnos, ya es bastante tarde —ambas caminan hasta aquel transporte, con los pasos de Hoseok detrás de ellas.

Admiraba la figura de Yoonji, perdido en sus piernas, delgadas y blancas, su espalda era un poco ancha y sus brazos parecían fuertes. No paraba de mirarla.

—Profesor Jung —Dahyun apareció frente a él con varios documentos en mano —. Éstas son las tareas de esta semana, ya todas entregaron sus investigaciones y ya le mandaron el correo con las demás tareas —Hoseok asintió con una sonrisa.

—Gracias Dahyun; espero que todo esté en orden, cuento contigo —la chica asintió sonriendo para darse vuelta e irse.

—Me gustaría ser presidenta de la clase, tendría más oportunidad de hablar con él profesor Jung; Dahyun desaprovecha su oportunidad —Yoongi escuchaba los murmuros de todas las chicas cuando vieron aquella escena.

Yoongi observó como todas menosprecian a la chica, solo le hablaban para quedar bien con el profesor, pero ella no tenía amigas al parecer.

— ¿Por qué no hablan con ella, Hwasa? —la chica frunció el ceño, hasta que vio en qué dirección observaba Yoongi.

—Le hablan —aseguró —. Con malas intenciones, pero lo hacen; sabes, aunque no lo creas, aquí sí hacen un poco de discriminación, no tan fuerte pero sí te dejan de lado si no eres del agrado de alguien que es más... ¿Popular? —Yoongi rodó los ojos —. Lo sé, somos tan complicadas.

—Eso es tan estúpido —aclaró alzando una ceja, mordió sus labios —. ¡Dahyun! —la chica alzó la cabeza de su celular para fruncir el ceño y acercarse.

— ¿Sucede algo Yoonji? —preguntó sonriendo.

—Si quieres puedes sentarte con nosotras —Hwasa abrió los ojos sorprendida.

—No gracias, estoy bien así —Yoongi soltó un suspiro para tomarle de la mano y obligarla a sentarse a su lado, pues los asiento eran de tres.

—No está bien —la chica asintió avergonzada para mirar abajo, al sentir todas las miradas en aquel grupo de tres.

—Tranquila, deja que hablen; sabes que nunca tendrás a todas las personas felices —Hwasa le dio palabras de aliento.

Yoongi y Hwasa habían escuchado todo lo que Dahyun les contaba, al parecer ser presidenta de clase no era tan sorprendente como se escuchaba, incluso le propusieron ayudarle con los trabajos y los problemas que se presentaran.

Yoongi estaba haciendo nuevas amistades, al parecer, tenía la suerte de encontrar a buenas personas, incluso las amigas de Adara parecían divertidas y leales. Hwasa y Dahyun se mostraban ser honestas y agradables personas.

—Vayan todas con cuidado a casa, mañana les veo en clases —el profesor se despedía de todas sus alumnas con una sonrisa, hasta que llegó Yoonji frente a él —. Yoonji, tengo que hablar contigo mañana, ven a verme en mi despacho.

Yoongi frunció el ceño, confundido pero avergonzado, asintió para afirmar su presencia y se fue cuando se despidió de él y sus ahora dos amigas.

Cuando estuvo frente a la universidad espero unos minutos a su hermano y subió al auto deportivo; se quitó su ropa, quedando en licra y blusa sport, la peluca quedó fuera y se acomodó su cabello.

— ¿Qué tal las clases hermanito? —Jin siempre había querido a Yoongi, a pesar no ser hermanos de sangre, siempre estaba al pendiente de él, de sus necesidades y sus problemas.

—Increíble, me encantó —Yoongi le hablaba emocionado de lo que había hecho ese día, Jin le escuchaba con una sonrisa, sorprendido por todas las cosas que le decía.

Llegaron a casa y siguieron hablando un poco más. Yoongi se había cambiado de ropa y había bajado para comenzar a cenar con SeokJin.

—Yoongi hay una sorpresa —cuando bajó las escaleras vio a una mujer y un hombre en la entrada, vistiendo prendas caras y de moda.

— ¡Mamá! —Yoongi abrazó a su madre con una sonrisa, la mujer lo recibió igual —. Hola señor Kim.

—Papá, Yoongi —se burló el hombre para reír con la familia.

Todos tuvieron una cálida cena, Yoongo se sentía tranquilo, no podía ver mucho a sus padres por los viajes de negocio, pero siempre que venían la pasaban bastante bien.

—Yoongi te llegó esto se Alemania —su madre le tendió una carta y un paquete, cuando vio la dirección su rostro se puso triste —. Vamos cariño, quizá sean buenas noticias —Yoongi asintió para abrir la carta —. ¿Y bien?

Yoongi mordió su labio, arrugando la carta, soltando algunas lágrimas.

—Papá vendrá a verme. Volverá.

Fingiendo Ser Una Chica /Yoonseok Y HopeGa/ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora