Yoongi quiere entrar a la mejor universidad de Corea del Sur, donde estará enseñando uno de los mejores profesores de música del mundo. El problema... Es que la universidad es para chicas.
Pero eso no sería un obstáculo para Yoongi. Vestirse de chic...
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Yoongi se encontraba en su habitación haciendo su tarea desconectado por todo lo que había sucedido en ese día.
—Yoongi —SeokJin abrió la puerta después de tocar dos veces —. Te hablan por teléfono —le sonrió para entregarle el aparato.
Yoongi observó aquello sin ninguna expresión para ponerlo en su oído, escuchando la voz tranquila de Adara.
— ¿Yoongi? ¿Eres tú? —no respondió observó su tarea ido —. Oye... Ya me contó Jin que te lo dijo todo... Uh... —soltó un suspiro —, lo pensé p-para hablar contigo y... Tal vez llegue en esta semana, ¿sabes?
— ¿Quieres hablar de eso? —interrumpió Yoongi soltando un suspiro.
Silencio.
—Yo... Es mejor en persona, siento que si te lo digo ahora no será lo mismo —respondió temblorosa —, aún sigo un poco... Delicada, sí.
—Ya veo, espero que te recuperes pronto.
—Yoongi —la voz triste de su mejor amiga lo pudo conmover, no podía estar enojado con ella en esta situación.
—Adara...
—Habla de lo que ha pasado. Me alegría mucho si todo está yendo bien sin mí —él sonrió un poco.
A pesar de que ella lo estaba pasando mal, siempre trataba de animarlo. Yoongi se sentía mal, él debería estar ayudando a Adara, no ella a él, pero no pudo evitar contarle todo lo que se había perdido incluso el nuevo trato del profesor.
Claro que recibió un sermón por haber sido descubierto, pero finalmente ella se emocionó bastante al escucharle tan convencido de que Hoseok es una buena persona.
—A todo esto, te he extrañado demasiado —la chica se ríe ante aquello —. Lo digo enserio, mira lo que ha pasado mientras no te encontrabas.
—Pienso que te he dado suerte —contestó Adara alegre —, pienso que podría funcionar. Si no yo misma voy a demandar al imbécil de Jung Hoseok.
—Eres la mejor.
—Lo sé —Yoongi soltó un suspiro —. ¿Sucede algo?
—Sobre Jin... Bueno... —mordió sus labios —. Él espera una respuesta.
—Yoongi... —le reprime ella, podía imaginarla haciendo un puchero —. Con todo lo que ha pasado, pienso que es mejor no llegar a nada, ¿sí? No me lo tomes a mal, esto me duele más a mí que a él —carraspea nerviosa —, pienso que es mejor así.
—Mejor para ti, él no le importa nada, él te ama; demasiado, es un amor ciego —Yoongi sonrió al verlo asomándose —. Tiene un gran mandil, dime cuál es tu amarre. ¿Agua de calzón?
Ambos rieron, Jin rodó los ojos con las mejillas rojas para ingresar completamente a la habitación, observando el celular.
—No lo sé, ni yo comprendo qué es lo que ve en mí —admitió, avergonzada.
