Una parte de mi

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Jamás, pero jamás de los nunca jamases había imaginado que estaría en medio de un living en un penthouse impresionante, bebiendo vino caro y contemplando la vista de la ciudad. Central Park se extendía en mi campo de visión, rodeado por el resto de la ciudad y sus edificios.

Thomas estaba sentado en un largo sillón conmigo extendida entre sus piernas. Mi espalda estaba en su pecho y ambos estábamos sumidos en un cómodo silencio. Una fina manta tapaba la desnudez de mi cuerpo, y sus fuerte brazos me rodeaban desde atrás.

No recordaba estar tan relajada en meses. Quizás eso era lo que necesitaba: una buena sesión de sexo caliente e increíble. Luego del polvo en la limusina subimos en su elevador privado mientras me desnudaba. Ni bien se abrieron las puertas dejó el resto de mi ropa en el vestíbulo y prosiguió a follarme contra la pared mas cercana. Luego de eso nos mudamos al living donde comió mi coño en la alfombra y terminé por montarlo sobre el sillón.

-En que piensas?-murmuró sobre mi cuello mientras repartía suaves besos por mis hombros.

-En nada, es solo que no puedo creer que hayamos follado. No suelo follarme a un muchacho que apenas conozco. Esa no soy yo- intenté explicarme.

Se rió entre dientes- con que muchacho, eh?-dijo sobre su copa mientras bebía mas vino.

Me puso algo roja- Por favor entiéndeme, jamás había estado con alguien mayor que yo- balbuceé- Tal vez uno o dos años, pero eso es todo.

Se levantó del sofá e hice lo mejor que pude para no admirar su desnudez. Era blanco pero no muy pálido. Poseía un cuerpo atlético pero no excesivo. Thomas era delgado y muy alto. Sus brazos eran musculosos y su pecho ancho y firme con una suave mata de vello. Su estómago era liso y firme, con una fina línea de pelo bajaba hasta la oscura mata de rizos que escondía su miembro. Él era simplemente impresionante.

Me extendió una mano y la tomé mientras dejaba mi copa en la mesita frente a nosotros. Con la otra mano re coloqué bien la manta que cubría mi cuerpo.

-Vamos a la cama- comenzó a arrastrarme hacia el pasillo que se extendía hacia la izquierda del living. Las paredes estaban cubiertas de fotos en blanco y negro. Iban muy bien con el penthouse que en general era en tonos grises, blanco y negro. Típico de soltero: moderno y oscuro.

Siguió avanzando y pasamos un par de puertas hasta que frenó. Una puerta doble y grande fue abierta y segundos después me encontraba en el interior.

Lo primero en lo que me fijé fue en la cama. Estoy segura que las camas king son de las mas grandes. Pero la de Tom por supuesto debía ser la mas grande de todas las que haya visto. Tenía un acolchado negro y muchos almohadones a su alrededor. Dos mesas negras se extendían a ambos lados de la cama la cual se encontraba elevada en un escalón y daba una perspectiva hacia toda la habitación.

El el centro había un mini living con un plasma tan grande que podía verse perfectamente si uno se acostaba en la cama. En dos lados opuestos habían dos puertas de lo que presumía eran para el baño y el vestidor. Las paredes eran blancas y el piso de marfil. Una gran y oscura alfombra se extendía debajo de los sillones y puse mis pies allí para evitar sentir el frío del mármol.

-Te apetece una ducha?- preguntó mientras me acercaba a su pecho. Dejó un beso en la punta de mi nariz- o prefieres dormir?

-Una ducha suena genial- la verdad es que si estaba cansada, pero quería mantenerme despierta junto a él lo máximo que aguantara.

Thomas sujetó mas fuerte mi mano y me llevó hacia la puerta de la derecha. Cabe mencionar que su baño era mas grane que mi habitación. Era largo y tenía una pared de ventanal donde se podía ver los árboles oscuros que coronaban Central Park. Solo había edificios a los costados por lo que de frente nadie sería capaz de ver cientos de metros para arriba a un multimillonario tomando un baño.

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