Casada con mi MALDITO Jefe © [MALDITOS IVANOV'S I]

C A P I T U L O XXXIV |Embarazada y Cornuda|

Cuando salimos de lugar podía ver a las personas saliendo y la ambulancia llegando. Para evitar ser sospechosos nos mezclamos con la multitud y nos fuimos de allí. Dormí el camino entero y desperté en los brazos de Lucien quien iba saliendo el asesor.

-tu color ha vuelto. -menciona dejándome en la cama desabotonando el traje que tenía puesto. Me quite las argollas dejándolas caer.

-me siento como la mierda.

-el medico vendrá pronto se limita a decir cuando entra al baño

Me sentía agotada, el olor el abrumo... todo era un maldito karma. Rugí de coraje y me empecé a quitar las prendas. Dándome cuenta que estaba en su habitación. Sin avergonzarme me acosté solamente son una camiseta y un pantaloncillo de algodón. Recogiéndome el cabello en una coleta me lance en la cama. Mientras el teléfono sonaba una y otra vez. Lo revise por encima. Más de cincuenta mensajes en el grupo que no leí. Bloquee el teléfono y escuche la puerta del baño cerrarse.

Lucien se dirigía a la puerta. No pude evitar sentarme y enfocar mi vista. Eran cerca de las cinco de la madrugada y poseía una franela blanca y unos pantalones algo ajustados.

-¿A dónde vas a esta hora?-se limitó a observarme y suspiro.

-trabajo, no me esperes despierta. El medico estará aquí en cualquier momento. Josseth estará vigilando. -salió de la habitación sin darme razón de opinar.

Me levante decidida a seguirlo. Pero me gane un mareo en respuesta que sujete la lámpara haciendo que se callera y sonara de manera estruendosa seguido de vidrios rotos. Ni eso llamo la atención de mi esposo

A mi mente divago el momento que Lucien vio su teléfono en la cena y su expresión cambio. Mierda.

Mi instinto me grito que le siguiera. Bajé las escaleras y Salí del apartamento tomando el ascensor de emergencia. Sin antes tomar el abrigo que antes tenía. Al ponérmelo encima empecé a sudar frio y las piernas me temblaban. Tenía mi teléfono en la mano. Lucien había salido en su R8 y para evitar yo llamar la atención, me subí a un mini auto. Un automóvil de colección discreto. Cuando salió del estacionamiento le seguí, y llamé a Lucian.

-eres la única persona que interrumpe mi sesión de sexo, musa. -es lo primero que dice cuando atiende.

-estoy persiguiendo a Lucien. Algo oculta.

- haber, ¿piensas que saldré de un húmedo coño, para jugar a los espías? -inquiere. Y me quedo en silencio. - donde mierdas estas Esther.

-en realidad te mandare mi ubicación y nos conseguiremos en un punto. -le menciono antes de colgar. Le envió mi ubicación y me deja en visto.

Mi estado no mejora. En verdad tengo un frio que me hiela los ovarios. Luego de media hora conduciendo sin levantar sospechas el Mustang de mi cuñado se hace presente. Agradezco al cielo que Lucían este aquí.

Llegamos a un condominio, con aspecto campestre. Me estacione lejos bajándome del auto igual de Lucían saludándome

-espero que tu remplaces ese coño húmedo.... No tienes buen aspecto.

Le ignore mientras veía que su gemelo entraba al edificio. Respire hondo y camine lentamente hacia el destino

Jamás pensé en hacer esto por un hombre

Me recosté de un árbol cuando sentí desfallecer.

-todo me da vueltas.

-en realidad me sorprende tu resistencia. Esther. -observa a sus espaldas. - el alba se asoma. - tan desesperada estas para saber que oculta tu marido. -afirma- déjame decirte que se dónde nos encontramos y no te va a gustar la respuesta ninfa. - el apartamento de Ángel Clear.

- ¿Qué mierda? -me despegue del árbol en seco y mis ojos lagrimearon. La boca seca y el vómito fue lo que me descompuso luego de casi caer al suelo evitando ahogarme con mi propia saliva y respirando entrecortadamente.

Lo peor fue que vomite en los zapatos perfectamente lustrados de Lucían. Cayendo en sus brazos por segunda vez.

Cuando abrí los ojos lo primero que me molesto fueron los cuchicheos de las personas que se encontraban conmigo. Levante mi torso observando a la enfermera, tomándome los signos vitales igual que los individuos presentes.

-despertó.

-maldito karma. -dije al recordar lo de anoche. -

Cassandra, Katherine, Gabriel y Lucían se encontraban repartiéndose una bandeja de almuerzo. me apetecía, pero lo único que decía mi nombre era una sopa que tenía mala pinta.

-tienes mejor semblante, perra. -Cassandra se acercó luego de que la enfermera se fuera del lugar.

- ¿Por qué siempre me toca llevarte al médico? -dice Lucían en burla. Mientras se alisa su vestuario. - eres el gusto más caro que he encontrado, pero sin poder obtenerlo. -susurra estirándose como un gato. - querida musa. Has dormido cerca de cinco horas.

Gabriel me pasa un tazón de fresas cual devoro. Mi estómago lo agradece, mi dolor de cabeza era el detonante.

-la cabeza me tamborilea.

-y créeme que te dolerá de la verga cuando te termines de enterar lo que ha sucedido.

- ¡CALLATE CASSANDRA! -gritaron todos sobresaltándome, mis fresas cayeron.

- ¡tiene derecho a saber que Lucien le fue infiel, besándose con Ángel!

- ¡imprudente, el medico menciono que no tuviera grandes emociones! –alzo la voz Lucían.

Juro, que en ese momento la maquina dejo de pitar. Y todos me observaron para que luego empezara a pitar con más frecuencia. Cassandra se levantó encarando a Lucian.

-también tiene que enterarse que está embarazada

Respire tantas veces que el inhalador de bigote se esforzaba por mándame oxígeno. Mi mente estaba en blanco y me masajee las cienes. Intentando en no caer en crisis.

-díganme que es una maldita broma. - grite y se quedaron callados- ¿¡hay alguna otra mierda que me tenga que enterar!?-vocifero

- Lucien, me llamo hace poco. Supongo que no se ha enterado de tu desaparición, pero, han encontrado los sobres que al parecer te han enviado "C.A.J.J." y han cometido el primero acto, quitarte a Lucien. –me tiende el celular

Tengo un mensaje abierto de número privado, junto a una fotografía

Numero privado: cayo en la trampa, perra.

Las fotografías adjuntadas eran borrosas, pero visiblemente entendibles. Era Lucien besando a Ángel en la puerta de su casa, y un video corto de como la empotraba contra la pared del condominio y la alzaba para meterla adentro de su pieza.

Me sentía traicionada. Las ganas de llorar se acumularon en mis ojos y los hipidos salieron de mis labios mientras solté el teléfono encima de la cama

EMBARAZADA Y CORNUDA.