C A P I T U L O XXXVIII |Año, Feliz no fue|

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Como los adultos que éramos, empezamos a apostar con cartas eran cerca de las dos de la madrugada y solamente quedaban Cassandra Gabriel y Lucian jugando. Había perdido hace media hora, pero el juego estaba potente si así podía decírsele. De repente observo a Cassandra sacando un fajo de dinero.

-novecientos dólares, ruso. -alzo una ceja en señal de poderío.

-me retiro. -soltó las cartas mi amigo. - no pienso quedar limpio. -se burla de si mismo mientras se despide de Katherine quien ha estado pendiente del Xbox de su hermano.

-¿Por qué te vas? Quédate. -imploro mientras frunzo el ceño.

-joder, tengo que llevar a esta preciosura a su casa, mañana tiene un vuelo. -señala a Khaterine. - luego se molesta conmigo porque no ha dormido lo suficiente no sé qué mierda.

En ese momento Lucían soltó las cartas evidentemente ganando la partida de cartas tomando el mentón de mi amiga.

- rizos de oro te he ganado. -soltó lo suficientemente alto mientras se alejaba de mi amiga. - espero que cumplas tu apuesta.

- maldita sea. ¡Esther! Me ha ganado el idiota de tu cuñado. - Cassandra le aventó sus cartas mientras él soltaba una risa enigmática. - no hare una mierda.

Entre la riña de aquellos dos empecé a servirme un vaso de agua, me sentía mareada por el alcohol mientras tomaba una galleta navideña. Hice una mueca cuando vi el dinero juntado en la mesa, allí habría cerca de unos dos mil dólares en efectivo. Estaba tan concentrada y divertida viendo cómo se peleaban aquellos dos, que no me di cuenta quien me respiraba en mi oído. No me di cuenta hasta que todos fijaron su vista detrás de mí.

-me canse de esperarte, Ivanov. -susurre mientras esperaba que escuchara. Mientras pasaba una de sus manos por mi cabello hasta acariciar las puntas.

Lucien Ivanov camino de su manera características pasos medianos y elegantes haciendo sonar el tacón de su zapato.

-lamento haberte hecho esperar, Bambi.- su voz resonó en el lugar y me sentí viva de nuevo a su lado.

Maldita sea mi dependencia hacia su persona.

Se separó de mi con dificultad y a la misma vez soltura saludando a su hermano con un asentimiento en la cabeza, alzo una ceja mientras observaba con detalle el desastre que teníamos en la sala de estar, desde las envolturas de papel de regalo a las botellas destapadas y a mi cachorro debajo del árbol navideño. Las cartas en el suelo era lo que más predominaba.

-me sorprende la soltura con que tienes las cartas de quince mil dólares en el suelo. - su tonalidad de voz me hizo volver a realidad. Seguía actuando de la misma manera, aunque sus ojeras se habían pronunciado no dejaba de verse ardiente ante mi vista.

-feliz año, hermanito.

-feliz año Esther. -ignoro a su hermano mientras se volteo a observarme con determinación mientras daba unos pasos hasta volver acercarse a mí y poder oler su perfume. Acaricio nuestros labios con rapidez antes de hablar, lo hice yo primero.

- ¿era mucho pedir que me enviaras un mensaje en todo este tiempo?

-uy, momento incómodo. ¿Quién quiere galletas? A la cocina todos. -hablo Cassandra mientras salía escopetada hacia la cocina. - ¡síganme los buenos!

- Joder, rizos ese es el jardín. -salió mi cuñado a perseguirla.

Quedamos en la sala él y yo, en mi mente corrían millones de preguntas y esperaba que las leyera y las respondiera.

Casada con mi MALDITO Jefe © [MALDITOS IVANOV'S I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora