C A P I T U L O XLV | Decisiones desesperadas|

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Llevaba cerca de una hora encerrada en el baño bajo la ducha llorando o intentando ahogarme con mi propio dolor. Seguía desnuda la toalla no estaba a mi alcance, me observe por quinta vez en el espejo, me dolía la garganta. El cabello enmarañado y los labios hinchados igualando mi rostro.

Tenía un poco de semen seco en la pierna. No quería restregarlo contra mi cuerpo, de alguna manera sentía a Lucien pegado a mí.

Imbécil era el mejor mote para mí. Idiota, sensible impulsiva

No se cómo mierda mencione a Lucían indirectamente. Justamente cuando estaba follando con Lucien.

Lucien, lo extraño tanto.

Pero la furia corría por mis venas, tenía en claro cuando follara con alguien tendría que mantener mi boca cerrada si no voy a gemir.

Me sobresalte saliendo de mis pensamientos cuando abrieron la puerta del cuarto y la cerraban con delicadeza. El aroma era inconfundible.

Lucían.

-joder, ninfa de porcelana. -su voz era lo menos que quería escuchar.

Me sorbí la nariz escuchándolo atentamente, la puerta del baño estaba entre abierta. Lo podía ver desde la posición donde me encontraba buscándome. En estos momentos no me importo encontrarme desnuda. Ya lo había visto todo de mí.

­>>me gustaría saber dónde estás en estos momentos, preciosa

Seguí mirando por el rabillo de la puerta, hasta que nuestras miradas chocaron, Lucían suspiro agresivamente se desordeno el cabello y camino hacia donde yo me encontraba abriendo la puerta con delicadeza su vestimenta fue lo primero que me llamo la atención. Una chaqueta de cuero junto a una camisa blanca, unos jeans sueltos y botas militares.

Sin hablarme saco una toalla del estante y alcance la puerta de la ducha para cerrarla

>>abre. No tengo toda la puta tarde, Esther-era raro oír mi nombre de sus labios.

-quiero estar sola.

-abre. -volvió a demandar. Negué-no me hagas entrar a la maldita fuerza, tenemos que irnos de aquí.

¿Irnos? Jamás. No me perdonaría si no arreglabas la situación con Lucien.

La ansiedad me empezó a carcomer por dentro. Las ganas de salir del baño se intensificaron para encontrarlo y solucionar todo.

-¡no me quiero ir de aquí! Necesito hablar con Lucien- empecé a entrar al borde de la histeria.

-te llevare a que hables con el-mentira- damisela de porcelana, déjame atenderte, se que estas sensible por los acontecimientos, me estoy empezando a culpar por tu estado.

Me levante y le abrí la puerta y me deje caer de culo. Antes de tocar la cerámica mojada el me atrapo en sus brazos abrazándome. Me llevo a la bañera vacía, y me empezó a cercar el cabello

- ¿Esther Qué sucedió?

-se enteró, Lucían

- ¿Cómo?

-se me escapo de los labios. -me observo si ninguna expresión, sabía que estaba buscando algún tipo de solución a mi metida de pata.

Me recosté en su pecho y dejé que maniobrara mientras secaba mi cabello, sabía que le complicaba y atrasaba el trabajo, pero necesitaba estar en una zona de confort

. -tenemos que salir de Estados Unidos, sécate el resto del cuerpo.

me alarme.

- ¿Cuál es la razón? ¿Lucien lo sabe?

Casada con mi MALDITO Jefe © [MALDITOS IVANOV'S I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora