Un mes y medio.
Era totalmente confuso para mi mente vivir con mi cuñado, que tenía el mismo rostro de mi ex-esposo, pero tenían una personalidad totalmente diferente. Mi mente tenía un choque al verlo en las mañanas, mi cerebro reconoce a Lucien totalmente hasta que posa sus ojos marrones en mi con una sonrisa enigmática con su acento ruso más pronunciado que el de él.
No podía evitar desearle físicamente, ¡si es totalmente igual a Lucien! Su andar sin camisa por la mañana y unos pantalones gastados que caen por su cadera junto a un café por la mañana. Pero todo cambiaba cuando pronunciaba alguna palabra que me devolvía a la realidad. Entraba en razón teniendo en cuenta que no es Él.
Lo que, si tenían en común los dos, es que son pocos conversadores. Todo lo dicen con la mirada. Lucían hablaba con una mirada cálida seguida de una sonrisa coqueta. Y su hermano menor,
Lucien hablaba con una mirada fría seguida de un rostro impasible, yo aprendí amarle de sea manera.
Todavía podía recordar el momento que firme el documento de divorcio. No fue lo suficientemente valiente para despedirme de Lucien, aunque se había cansado de aclarar que no me estaba dejando, que todo es temporal. El maldito contrato se había acabado. Lucían me espero abajo para llevarme en su Mustang. A las horas me trajeron mi auto junto a mis pertenencias. Los escoltas seguían a mi lado. Pero ahora solo cuatro de ellos; Samantha, Phillipe, Marcus y Adam.
Merodeaban por todos lados y mayormente se encontraban en el inmenso jardín de Lucían haciendo alguna actividad. Seguí yendo a la empresa con normalidad e incomodidad. Aunque lo evitaba todo lo que no requiriera mi presencia mi asistente asistía y se lo agradecía con un sueldo doble.
Me tomaba un café por la mañana que me había ofrecido Lucían con una sonrisa resplandeciente seguido de un guiño. El estar sentada con los pies encima del mueble de la sala de estar y observar la naturaleza de la gran casa de mi ex-cuñado, me hizo extrañar las vistas de New York. Veía a las personas encargadas del mantenimiento del hogar con un uniforme que portaba elegancia y algo totalmente ligero, y absolutamente todas son rubias entre naturales y teñidas.
Coloque la estrella en el árbol de navidad. Luego de que la servidumbre me ayudara a terminar de ármalo. El mayor de los Ivanov's me dijo que se quedaría a pasar año nuevo conmigo para evitar la soledad. Observe como las rubias empacaban y se iban dejando a unas tres chicas del servicio para preparar la cena para mañana.
El día de mañana no podía contar con mis amistades dado que Cassandra y Gabriel se volvieron parte del círculo social de los Ivanov's. pues en la casa de mis exsuegros realizarían una reunión juntos
-Lucían, ¿de verdad tenías que colocarles un gorro navideño a tus rubias.?
El arqueo una ceja mientras barajaba las cartas de póker que tenía en mano con total destreza. Repartió las correspondientes para empezar a jugar sin antes servirse un poco más de café. Era realmente adicto al café.
-musa de porcelana, créeme que es mejor así sentir el espíritu navideño. - se burló de mi mientras terminaba la partida y me ganaba otra vez. - no le pegues el mal genio a las rubias.
-mi mal genio se debe a que he estado sola todo el mes.
-no soy tu niñera, chiquilla malcriada. Para ello mi querido hermano paga miles de dólares por tener cuatro niñeros antibalas a tu frente. -suelta con sutileza, aunque sus palabras impactaron como balas.
Lucían soltaba palabras bruscas, irónicas e hirientes mientras te sonreía cálidamente.
Eres igual de maldito que tu hermano menor.
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Casada con mi MALDITO Jefe © [MALDITOS IVANOV'S I]
RomanceLIBRO INDEPENDIENTE. |BILOGIA MALDITOS IVANOV'S| "Como si no fuese demasiado sus desgracias se enamoraron, ahora no pueden vivir sin el otro." ¿puedes fingir amarlo, respetarlo y evitar arrancarle la cabeza a tu marido y jefe, durante todo un año, E...