CAPITULO XXVIII |Angel Clear|

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CAPITULO VENTIOCHO

Sus labios recorrieron todo mi cuerpo sin cansancio. Estaba completamente excitada con un velo de sudor en mi cuerpo. había sacado la polla de mi boca, un hilo de baba recorrió mi barbilla. Sus ojos brillaban de maldad. estaba muerta del cansancio.

Lucien había sido delicado al tratar que no me llegara a lastimar la herida. Pero eso no aplicaba a lo brusca manera en tener mi cuerpo. cuando soltó la última embestida mi cuerpo no daba para más. Jadeaba en busca de aire. El sudor recorria mi cuerpo y podía ver a Lucien tomando agua de una botellita. Podía apreciar su desnudes y sus nalgas redondas. Su espalda llena de arañazos e igual que los brazos y abdomen.

-eres una bestia, Bambi-su voz sonaba fresca. Cerre los ojos recordando nuestra magnifica sesión de sexo.

-espero que tengas la misma ansiedad de chupar mi verga, como lo haces con mi pulgar.

El rubor se apodero de mi rostro. Soltando un suspiro. Me intente sentar y desgraciadamente me dolía el culo. Observe mi cuerpo a través del espejo. El cuello lleno de chupetones, al parecer marcaba territorio. Me di la vuelta observando mi trasero. Y estaba completamente rojo.

-no creas que yo fui la única salvaje, Ivanov.

...

-¡madre mía Esther! ¿seguro estas bien de la garganta? Ha pasado una semana. -inquiere Cassandra. Mientras se burla de mi tono de voz.

Agradezco con la mirada al camarero mientras deposita el té de hierba buena en la mesa.

-el invierno de New York no es el mejor de todos. -hablo en voz baja. No pensaba decirle a Cassy que mi marido me había tenido gritando toda la noche y le he chupado la verga hasta casi atragantarme y de allí es el resultado de mi ronquera.

-el invierno está en la esquina, ¿Luci no te piensa sacar de lunita de miel?

Cassandra le tenía un ridículo apodo a Lucien, me hacía gracia que ella le tratara con tal informalidad.

-luego del desastre de matrimonio que tuvimos, no creo aún. Todavía puedo apreciar en las noticias el atentado del matrimonio.

-el vestido sigue tonando de color gris. Todavía está en la tintorería; todavía persisten las manchas de sangre.

Pagamos el servicio de las bebidas, nos despedimos y Sali escoltada hacia el trabajo. Seguía en mi puesto de Embajadora en la empresa. Antes de salir del Nissang, retoque mi labial y mi cabello dándole un aire mas voluminoso.

Mi traje de dos piezas desde un chaleco color nude igual que el pantalón ancho y una camiseta blanca. Mis tacones marfil resonaban en la estancia hasta subir el elevador.

No logro pasar desapercibida, pero nadie me pregunta nada, mi secretaria me apunta lo que tengo pendiente. Reviso mi reloj de pulsera 9:46AM

Buena hora de llegada. Cuando entro escoltada en el ascensor me observo deliberadamente los puntos estaban fuera y mis senos se sentían ligeros al tacto. Mi cadena se pierde entre mis tetas. Me veo como una persona de la alta clase.

Es que ahora estas en la pirámide alimenticia.

Escucho planchear a la chica que tengo como asistente lo único que capto es que tiene una lengua muy larga. Me paseo entre las oficinas hasta llegar a la mía. Me felicitan por mi reciente matrimonio. Evitando las preguntas incomodas. Me siento en la mesa de mi escritorio y mando avisar a Hermes que he llegado; es el encargado de entregarme el nuevo gafete.

Escucho la puerta abrirse. La figura que se encuentra en el umbral es Lucien. Con una sonrisa socarrona y seductora.

-no te he sacado toda la mañana de mi jodida cabeza, Esther.-su mirada se oscurece a una tonalidad casi negra.

Casada con mi MALDITO Jefe © [MALDITOS IVANOV'S I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora