C A P I T U L O XLIX |Hay mejores maneras de enterarse|

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09:27 PM

Las bolsas de ropa me pesaban en las manos y las sandalias me eran incomodas, me senté en una cafetería mientras esperaba que mi escolta trajera el auto, Lucían no había perdido tiempo en enviarme uno a las pocas horas de encontrarme en la tienda de ropa, no me moleste en contactar con las chicas, necesitaba un tiempo sin hablar con nadie, o que me atosigaran de preguntas. La sensación de estar aquí no era agradable. Me fui por una razón y no era para volver. El camarero me entrego un capuccino y le pague con un billete espere el vuelto. Mi teléfono empezó a sonar. Quizás era mi escolta.

De un momento al otro el teléfono titilo varias veces y vibro a la vez.

Cassandra: ¡en esta casa va a explotar la tercera guerra mundial! ¿Dónde estás?

-estoy en una cafetería, deja el drama. El escolta está buscando el auto.

Cassandra: Lucien acaba de llegar y tiene cara de perro rabioso cuando supo que no estabas en la villa.

Gabriel: Lucien está aquí, vente.

Khaterine: mi hermano tiene agarrado por el cuello a el jefe de los escoltas porque no estás aquí.

Lucian: si no mueves tu precioso trasero, mi hermano va a despedazar a todo lo que se mueva.

No termine de leer los mensajes cuando tuve una llamada entrante.

"LLAMADA ENTRANTE, LUCIEN IVANOV"

Mis ojos se ampliaron de gran manera, escuché un trote detrás de mí y pude observar a mi escolta tomando las bolsas

-nuestro jefe ha llegado, y solicita su presencia. -dijo. - tenemos que irnos señorita Ivanova.

Lo seguí y me adentre a la camioneta, esquivo el tráfico de manera eficaz para adentrarnos en la autopista. Estaba convirtiéndome en un manojo de nervios, y a la vez me sentía emocionada e intrigada. Me empecé a comer las uñas para aguantar los nervios.

Cassandra: ¿Qué tanto te falta? Lucien está peor que yo cuando me baja la menstruación, asegúrate de comprarle unas toallas para su periodo que yo no tengo.

Casi escupo el vaso de agua que me estaba empinando para bajar los nervios. Los escoltas que vigilaban la puerta bajaron todas las bolsas que tenía en el auto. La poca hambre que sentía se desvaneció cuando abrieron la puerta cruce el pasillo dando órdenes que llevaran todo a la puerta de mi habitación. Camine por la sala y divise su figura. La diferencie a la de su hermano mayor

El corazón latió tan fuerte que me dolió, trate que me llegara aire a los pulmones, pero casi me fue imposible. Cuando se dio cuenta de mi presencia y volteo a verme, me fije en sus fosas nasales que se veía visiblemente como aleteaban. Esta furioso.

- ¿Lucien? -me mordí el labio inferior reprimiendo las ganas de gritarle lo mierda que me había sentido estas últimas semanas sin su presencia.

- bambi. maldita sea-se pasó una mano por su cabello que estaba hecho un desastre- jodidos días que estuve sin tu presencia. –se acercó a mí a paso voraz tomándome del cuello besándome furiosamente, desahogándose en mi boca. - lamento tratarte como una mierda. -una lagrima rodo por mi mejilla. - me he encargado de todo, tu seguridad ha sido una prioridad para mí. Cielo.

Solté un suspiro tembloroso.

-me he sentido-solté un hipido- desgraciadamente-me recosté en su pecho- sola. Con el peso en mi cuerpo al saber que me había equivocado y que no deseabas estar a mi lado.

-tenemos tiempo para nosotros Bambi.-me acaricio la espalda.- podemos volver a N.Y cuando queramos no hay amenaza a la vista. Josh, Ángel pagaron por meterse en nuestras vidas.

Casada con mi MALDITO Jefe © [MALDITOS IVANOV'S I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora