• v e i n t i t r é s •

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Ellos deciden tener su luna de miel en una cabaña cercana a un lago, con los amaneceres tranquilos y puestas de sol tempranas, dedican el primer día a una exhaustiva limpieza de rincón a rincón, porque Levi odia absolutamente la idea de quedarse en un lugar que él mismo no ha inspeccionado y asegurado que está bajo las condiciones adecuadas de higiene.

Cansados, ellos simplemente duermen hasta el día siguiente. Eren siendo el primero en despertar tras sentir los primeros rayos del sol de la mañana sobre su rostro tras olvidar cerrar las cortinas; busca una forma de acomodarse sin tener que levantarse para solucionar el problema. Bosteza y parpadea un par de veces, no hay nada de que preocuparse, no tiene que ir al trabajo, no hoy, no mañana. Es entonces consciente de los brazos que envuelven su cintura y de la respiración tranquila que provoca cosquillas a su cuello. Sonríe, bosteza una vez más sin poder evitarlo, estirándose entre las cobijas como un gato, para después dar media vuelta y acurrucarse contra el pecho de Levi después de bostezar de nuevo.

Las manos de Levi lo jalan más contra él, aún entre sueños, hasta que la distancia deja de existir entre ellos, quizá porque hace frío y porque durante la noche Eren debió jalar la mayoría de las sábanas para él.

Eren vuelve a sonreír volviendo a acomodarse en su almohada pensando en lo bien que se siente eso y como no quiere dejar de sentirlo nunca.

Nuestra perfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora