Levi suelta un suspiro a la vez que lleva su cabeza hacia atrás sobre el respaldo de su silla. Es uno de esos momentos en donde las ideas se mezclan y confunden, llevándole a un punto donde no hay nada.
En momentos así, cuando se ha estancado, a Levi le gusta pensar en Eren (no que no piense en él todo el tiempo ya); necesita escribir un primer encuentro, así que piensa en la primera vez que le vio.
Un mocoso ruidoso y entusiasta, dos años menor que él, piensa en su sonrisa y en su ondulante cabello revuelto. Sonríe al recordar la primera vez que se hablaron, por pura casualidad en la cafetería de la preparatoria, peleando por el último pastelillo de fresa (Levi en realidad lo hubiese dejado ir, pero cuando Eren se negó a dárselo soltando comentarios sobre como los mayores se sentían con todo el derecho del mundo para alzarse contra los de primer año, Levi simplemente decidió que Eren no merecía el pastelillo). Recuerda su voz, suave, a veces alta, el olor a avellanas que siempre desprende su piel y el suave y accidental toque de su mano sobre la suya varios meses después de ese encuentro. Levi piensa qué tal vez fue ese el momento, justo ahí se dio cuenta que ambos eran un par de piezas sobrantes del inventario, que nadie apostaría jamás que podrían encajar entre ellas, se dio cuenta que debía ser Eren; que debía ser él. Que sin importar lo que los demás dijeran, los obstáculos que obstruyeran su camino, las dudas, los problemas, las peleas, las oposiciones, debían estar juntos, como dos almas conectadas a través de las dificultades, siendo uno sin perder su propia esencia, siempre.
Son dos golpeteos en la puerta de su oficina y la silueta de Eren entrando al lugar con una charola llena de bocadillos lo que le saca por un segundo de sus pensamientos.
Eren bromea preguntándole si está pensando en él. Levi le dice que no tiene tanta suerte.
Eren sonríe y se acerca, le abraza por atrás, encajando su cabeza de cabellos revueltos en la unión de su cuello y cabeza. El olor a avellanas, su voz suave.
Levi piensa, tal vez sin que Eren lo sospeche, en lo agradecido que está con su yo de diecisiete años por armarse de valor para tener una oportunidad de vivir toda una vida junto a Eren.
ESTÁS LEYENDO
Nuestra perfección
Hayran Kurgu"Todavía somos inmaduros, pero estamos tan enamorados; luchando contra todas las probabilidades, sé que estaremos bien." *El día a día de una pareja casada* [LevixEren | Fluff | Drabbles | Domestic!AU]