Narra t/n
Bajo las escaleras escuchando a mi madre hablar por teléfono, me siento en el sofá y alzo una ceja mirandola.
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-De acuerdo, yo la aviso señor... Gracias. -dice colgando.
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Me mira y coje aire.
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-Ya tengo tu solución a el examen de biología. -sonrie.
-¿Qué? -pregunto.
-Vendrá un profesor en quince minutos, así que recoje tu habitación. -anuncia.
-¡Un hombre! -grito.
-Un hombre, si ¿qué más da? -pregunta.
-Es la reproducción joder, no pienso dar la reproducción con un hombre. -digo nerviosa.
-Él es un profesional que te ayudará muchísimo a aprobar ese examen. -insiste.
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Suspiro y subo a mi habitación, recojo lo poco que tenía desperdigado y saco el libro poniendome muy nerviosa.
Llaman timbre, me coloco mejor el pantalón corto de chándal y la camiseta, escucho sus pasos en la escalera y me sorprendo al verle: un chico moreno de ojos castaños y con una barba algo dejada, es muy guapo.
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-Buenos días. -sonrie.
-Buenos días, soy t/n. -etrechamos manos.
-Daniel Oviedo. -sonrie.
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Nos sentamos frente la mesa, abro el libro y una pequeña sonrisa se forma en sus labios al ver el tema de la reproducción.
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-Es extraño, de los temas estos nadie me pregunta. -dice con la voz ronca.
-Soy slgo inexperta en esto y me gustaría aprobar el examen. -lo miro sexy.
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Siento una humedad en mi sexo jamás había sentido antes, una presión hace me excite más y miro los fuertes brazos de este hombre, joder.
Explica todo lo que ocurre en el útero una vez nos vamos a quedar embarazadas, algo aburrido pero que no me hace bajar la humedad de mi feminidad.
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-Anticonceptivos, a ver. -mete su mano en el bolsillo.
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Saca un preservativo, lo agarro y muerdo mi labio al ver la talla 2XL.
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-Este es el más importante de todos, en más eficaz y el que te recomiendo usar. -me mira.
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Me acerco a la puerta y cierro el pestillo de mi habitación.
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-¿Por qué cierra con pestillo señorita? -pregunta.
-Enseñeme. -murmuro.
-¿No sabe ponerlo? -pregunta.
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Niego con la cabeza, él busca nervioso por mi habitación algo que sirva y yo llevo mi pie descalzo a su duro paquete.
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-Oh venga ¿que busca? -pregunto.
-Esto yo no... -dice nervioso.
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Rio moviendo la cabeza y pass la página.
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-¿Qué es esto? -señalo el clítoris en el dibujo.
-Tú también lo tienes. -dice nervioso.
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Me bajo el pantalon y las bragas separando las piernas, no puedo más, joder, que rabia me da perder la vergüenza cuando caliento.
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-¿Dónde exactamente? -me empiezo a tocar el clitoris.
-Justo ahí. -dice avergonzado.
-Pues si, da placer. -gimoteo bajito.
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Me mira, sonrio y meto otro dedo.
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-Mejoe me marcho. -dice él poniendose en pie.
-¿Dónde va? -me pongo en pie.
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Mis pezones se notan a kilómetros y siento la humedad palpitar en mi sexo.
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-Usted es un mal profesor. -camino hacia él.
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Choca con la pared y me lanzo a sus labios.
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-¿Acaso ve bien calentarme y no follarme? -pregunto.
-No la he calentado. -dice frío.
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Rio sentandome sobre el libro, en la mesa, separo las piernas y me comienzo a tocar la misma zona.
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-¿Es esto profe? -pregunto.
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Se forma una medio sonrisa en su rostro y asiente.
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-Más o menos. -se acerca.
-¿Dónde es? -pregunto excitada.
-Aqui. -mete dos dedos en mi clitoris.
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Gimo mirando sus ojos, este hombre es muy sexy joder, muy excitante.
Beso sus gruesos labios, sonrio sexy sobre ellos y gimo su nombre.
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-Parecías tímida. -dice viendome gemir.
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Sonrio abriendolas mucho más y desabrocho su pantalón.
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-¿Cómo va la clase? -pregunta tras la puerta mi madre.
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Él hace por abrocharse el pantalón y yo lo acerco a mi impidiéndolo.
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-Va de escándalo mami, seguro apruebo. -digo tocandosela con la mano.
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Me chupa los pechos y cierro los ojos.
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-Os dejo estudiar. -dice alejándose.
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Me acerco al borde de la mesa y me la meto suavemente teniendo yo el control de su cadera.
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-Mmm joder. -gimoteo como a los hombres le suele gustar.
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Mira mis ojos, sonrio moviendo la cadera lentamente y él vuelve a recuperar el control dandome durisimo.
Gimo tapandome la boca, él mete su cabeza en mi camiseta mordiendo e los pechos, dejándome marcas y absorbiendomelos.
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-Oh profe. -gimo tocando mi clítoris a la vez que me penetra.
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Él no habla, parece que le da vergüenza esto, pero lo hace, me está follando pese que se avergüenza.
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-Joder que rico. -lo pego más a mi.
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Gimo en su oído y siento como se viene haciendome explotar a su vez.
Se gira rapidísimo, abrochandose el vaquero y sonrio agarra do su brazo.
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-¿Acaso no le ha gustado? -pregunto.
-Prometí jamás follarme a una alumna. -susurra.
-Mmm, todos prometemos estupideces. -muerdo mi labio.
-Pero tu eres tan jodidamente sexy. -me mira.
-Uh profe, necesitaré verlo más a menudo. -muerdo mi labio.
-Lo hará. -pierde la vergüenza.
