Nueve.

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–¿Ahogamos penas en alcohol?–preguntó alzando la botella.

      Maratón 3/3

El sonido de una canción de Maroon 5 inundó mis oídos al entrar a la fiesta.

–¿Vamos a tomar algo?–preguntó Gisele, elevando la voz para que la pudiésemos escuchar.

Asentimos y fuimos hacia el mini bar.

–Un San Francisco–me pedí lo de siempre.

–Sex On The Beach para mí–eligió Jess.

–Pues para mí–pensó–un Malibú.

Al entregarnos las bebidas decidimos ir a bailar.

La pista de baile estaba repleta de gente, no cabía ni un alma.

Ahora se escuchaba alguna canción de Halsey. Mis caderas se movían con el ritmo de la canción.

Hoy había decidido pasar por un día de Caleb y todas sus movidas. Hoy quería olvidarme de todo.

–¡Damion acaba de llegar!–gritó Gisele, haciendo que mirásemos a la puerta.

Efectivamente, Damion acababa de entrar a la fiesta, fruncí el ceño al no ver a Eilad con él.

Sacudí mi cabeza. Tampoco me interesaba.

Creo.

–¿Te gusta Damion?–le pregunté, haciendo que se ruborizase, confirmando mi pregunta.

–Pues claro que le gusta. Te entiendo, está para tomar pan y mojar–comentó Jess riendo.

Yo también reí.

–Ve a hablar con él–le sugerí a Gisele.

Esta negó rápidamente.

–Que vergüenza.

–Quien no arriesga no gana–dijo esta vez Jessica.

Asentí de acuerdo con ella.

Gisele pareció pensarlo hasta que finalmente, tomó un largo sorbo de su bebida alcohólica y asintió.

–Para allá que voy–y se fue.

–Veremos si hay suerte–cruzó los dedos Jess.

Seguimos bailando un par de canciones más hasta que nuestro cuerpo pidió a gritos un descanso.

–Me voy a por otra copa, ¿te traigo una?

Afirmé con la cabeza a Jess y esta se dirigió al mini bar. Me quedé sola, sentada en un sofá.

Eché un vistazo a mi alrededor, habían un par de parejas comiéndose la boca en un rincón, gente bailando como si no hubiese un mañana y...

Por alguna razón mi corazón dio un vuelco.

Eilad se dirigía directo a mí.

–¿Porqué estás tan sola, peque?–preguntó cuando se sentó a mi lado.

Hice caso omiso al nuevo apodo.

–Mi amiga ha ido a por más bebida–alcé mi vaso casi vacío.

No sé si es porque llevaba un poco de alcohol en mis venas pero, veía a Beckham muy jodidamente atractivo. Bueno, más de lo normal.

Le eché una mirada por todo el cuerpo, llevaba una camisa que se le quedaba pegada en el cuerpo y marcaba sus trabajados músculos y unos pantalones vaqueros negros.

–¿Quieres una foto? Yo creo que te duraría más–alcé mis ojos a los suyos y sonrió con todos sus dientes.

–N-no te estaba mirando.

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