–Nuestra primera hija.
–¿Quieres desayunar?–abrió un armario de la cocina–tengo cereales y... galletas.
–Cerea...–un mensaje llegó a mi móvil, interrumpiéndome.
Caleb: Sé que has dormido en casa de Eilad. 11:21
Caleb: ¿Sabes algo ya o qué? 11:22
No quería responder así que no lo hice.
–Perdona–miré otra vez hacia Beckham–Cereales está bien.
Asintió y cogió dos cuencos, para verter los cereales allí.
–Por cierto, gracias por...el móvil, de verdad, no tenías que hacerlo–incliné una esquina de mi boca.
–No es nada, Kris.
Colocó los cuencos en la encimera de la cocina y me senté en uno de los taburetes. Eilad se sentó delante mia.
–Siento lo de ayer, me puse muy pesada–dije tímida.
–Para nada, solo me contaste toda tu vida–bromeó.
Me incliné para darle una colleja.
–Es broma–rió–No me molestó, yo también te conté cosas mías.
Me mordí el labio, ¿qué iba a hacer? Eilad había confiado en mí y me había contado problemas que tenía, no podía traicionarle así.
–¿Te pasa algo?–preguntó Eilad sacándome de mis pensamientos.
Negué con la cabeza.
–Aún no ha hecho efecto la pastilla–mentí sobándome la cabeza.
Soltó una carcajada–Ya veo.
Terminé de comerme todos los cereales a la misma vez que Eilad.
–¿Te llevo a casa?–preguntó al dejar los cuencos en el lavavajillas.
Afirmé con un gesto de cabeza.
–Vamos–se levantó del taburete y le seguí, salimos y entramos en su coche.
–No te he dado las gracias por acogerme en tu casa–bromeé.
–No tienes que dármelas, nena–me guiñó un ojo.
Me quedé mirándolo más de la cuenta, me fijé en su perfil y en su mandíbula marcada.
Este chico es guapísimo.
Al darme cuenta de que me había quedado embobada, carraspeé y volví a mirar al frente.
–Entiendo que me mires, soy un sex symbol.
Solté una gran carcajada.
–Que creído, por favor.
–Pero lo piensas–soltó.
No dije nada, no iba negar algo que sí que pensaba.
Un mensaje llegó a mi móvil.
Caleb: Responde. 12:00
Suspiré. ¿Qué le decía?
Yo: Estoy con él, no me escribas porque lo puede leer. 12:01
Caleb: Quiero ya información, Kristen. 12:02
Yo: La tendrás 12:02
–¿Te apetece volver a vernos ensayar hoy?–preguntó Eilad haciendo que dejara mi mirada del móvil.
Chasqueé la lengua.
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Her Secret.
RomanceDespués de ser mandada a un internado, lo único que quieres es salir de ahí. Una noche, alguien te hace una propuesta. ¿Aceptarías solo para salir de aquel sitio? Quien juega con fuego, termina quemándose y eso es algo que Kristen sabe muy bien.