Infancias 2

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— ¿Estás seguro? — preguntó por primera vez Chaerin estando poco segura.

— Sí, necesita pensar en algo más. — dijo mirando al niño decaído que no había notado la ausencia de sus padres en la mesa.

— De acuerdo. — dijo Chaerin, ella suspiró y besó la mejilla de su esposo —. Después llamaremos a los padres de Jongdae, también deben decirle.

Heechul concordó, y avanzaron nuevamente a la mesa.

— Minseok. — llamó su madre. Cuando esté la miró, ella continúo —. ¿Te agrada Jongdae?

— Sí.

— ¿Mucho o poco?

— Mucho.

Minseok no quería intercambiar muchas palabras con sus padres, estaba triste, y algo molesto, no dejaría que lo notarán, pero, su falta de palabras lo dejaba muy en claro. Si el niño ya era callado de por sí, verlo en silencio y de mirada huídiza, era demasiado.

— Creo que es momento de que tu padre y yo hablemos de algo importante. — Minseok no dijo nada, solo los miró, esperaron, pero al no tener respuesta, ni una sola expresión en los ojos de su hijo, se miraron entre sí algo dudosos —. Tú sabes, que somos muy unidos a la familia de Jongdae. Por ello, desde que Jongdae nació, planeamos unir a las dos familias.

Minseok abrió los ojos como platos, una leve sombra de la idea de adónde querían llegar sus padres cruzó sus ojos. Ya no era un niño pequeño, había aprendido lo que significaban muchas palabras. Sabía lo que unir, significaba, existían muchos términos y definiciones para usar dicha palabra, esperaba que fuera varias de tantas que conocía, y no específicamente una que ni mencionar podía.

— ¿Eso qué significa? — dijo tomando una postura sería, sorprendiendo a sus padres. Minseok no actuaba así, él no era así, o eso era lo que pensaban. Era firme, muchas veces tomaba el lugar del frío de la situación, pocas cosas lo avergonzaban y extremadamente nada lo hacía perder el control.

Pero eso no lo sabían sus padres, para ellos era, algo distante, sí. Pero amable, sumiso y tranquilo, poco perturbable, protector y mimador, sonriente y complaciente. Claramente no sabían quién era su hijo.

Decididos a ignorar ello, continuaron, para ser más específico, Chaerin continúo —. Te emparejarás con Jongdae. — dijo sin cuidado. El silencio se estableció en el comedor de tal manera que Heechul juró que podría escuchar  la caída de un alfiler en el corredor.

Por otro lado, una pelea de miradas sin precedente en la familia se creó entre la alfa y su hijo no presentado.

Mentiría si dijera que no lo esperaba, porque así era. Todas las señales se acomodaron en su cabeza dándole poco a poco sentido a todo. Pero ahí estaban, en todos lados las señales se manifestaban.

Por primera vez, Minseok se negó a ceder; con la fuerza que su madre no sabía que poseía su hijo, soportó la mirada hasta que Minseok habló fuerte y claro.

— No.

— ¿Qué? — su madre no daba crédito a lo que oía, ¿Desde cuándo su hijo era tan indisciplinado? Apostaba que era culpa de ese niño Xiao. Siempre tan impertinente. No era como Yixing: callado y respetuoso; o como Junmyeon: amable y pertinente. Seguramente también culpa de ese Kang —. ¿Qué dijiste Kim Minseok?

— He dicho que no. — repitió mordaz, como una serpiente cascabel esperando una provocación.

— MINSEOK — empezó su madre, pero Heechul con una mano sobre la suya la hizo aguardar.

— Minseok. — empezó suave, casi por instinto, escuchó a su padre —. Se razonable, esto es por tu propio bien.

— Papá, yo...

CAMBIO DE PLANES - OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora