Juventud 2

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Cuando abrió sus ojos, realmente no supo que es lo que pasaba o sucedió, solo sentía adolorido e incómodo. Se levantó a duras penas de dónde se había acostado, viendo con cierta incredulidad las mantas y almohadas a su alrededor, había demasiadas como para ser algo normal.

Se llevó una mano a la cabeza con un extraño dolor de cabeza, recordando de a poco y de manera dolorosa uno que otro momento de esos días en lo qué, prácticamente estuvo inconciente.

Los recuerdos llegan de a poco y nada es muy agradable, recuerda como de repente se despertaba de la nada agitado y deseoso. Suspiró, sí, como olvidar la peor experiencia en su vida.

Todo se ordenó en su cabeza, desde su llanto y el extraño líquido salir de sus partes íntimas, así como a sus padres entrando para alimentarle cuidadosamente como a un bebé. Rogaba que en serio sus celos no fueran como la presentación, sino, va tirarse del octavo piso de un edificio antes que volver a pasar por esa pesadilla.

Se sentía sucio en cada sentido posible de la palabra, no solo sentía su cuerpo pegajoso por todas partes, sino que la idea de haber estado lloriqueando necesitado de un alfa le era sumamente asqueroso.

Su cabello estaba sucio y tan solo tocarlo le dio un malestar terrible, odiaba estar sucio y esto era como haber pasado horas bajo el sol en la tierra.

Miró por la ventana de su habitación encontrándose con que estaba nublado, terriblemente nublado, era normal en la época del año, las lluvias muchas veces duraban días enteros durante ese par de meses. De cualquier forma, no pudo descubrir qué hora del día era con solo ver por la ventana, perfectamente podrían ser las siete de la mañana como las seis de la tarde, con todas esas nubes grises no podía estar seguro ni en qué día vivía. Por lo que recurrió al reloj de pared, cinco de la tarde, por lo menos durmió nueve horas desde la última vez que despertó en lo último de la presentación, seguramente aún lo estaba, pero al menos ya podía estar concientes como para pensar en algo que no sea un alfa o en comida.

Tocó el suelo con sus pies con la necesidad de ir a la ducha, tenía hambre, pero para ese momento deseaba mil veces un baño a un bocado de lo que sea, se tambaleó y cayó nuevamente en la cama, la cabeza retumbó y tubo que apretar los dientes para no gruñir muy en alto.

Suspiró tratando de reunir las fuerzas como para levantarse de su cama e ir a la puerta, tuvo que sostenerse de lo que encontraba en su camino hasta el baño de su habitación. Abrió la puerta y se sintió mil veces mejor con la sensación del suelo de azulejo frío bajo las palmas de sus pies.

Le costó bastante sostenerse y poder entrar a la ducha, pero lo logró y ni supo como lo hizo, abrió la llave y soltó una exclamación de satisfacción cuando el agua caliente golpeó contra él. Nunca pensó que se podía extrañar de ese modo el agua caliente proveniente de la ducha.

Limpió su cabello, su cuerpo y lo más incómodo, su zona más íntima con cuidado y algo de asco. Bastante a decir verdad, eso era terrible para él, y aún podía sentir como el líquido viscoso estuvo ahí, agradecía el momento en que dejó de producirlo.

Cuando pudo salir de la ducha con una toalla en su cintura, tuvo los ánimos como para tomar la ropa sucia y depositarla donde debía. Algo más capaz, salió del baño y se cambió de ropa con tranquilidad, no tenía prisa por bajar y ver a sus padres. Menos teniendo en cuenta lo tan humillado que se sentía.

Se vistió con lo más cómodo que pudo, no sabía que día era exactamente, pero suponía que por el resto del día no haría nada en lo absoluto. Miró el desastre que era su habitación; por lo que, tomó cada manta sucia y cada almohada y las junto para bajarlas a la lavandería cuando se sintiera más cómodo. Cambió sábanas de su cama así como fundas, y cuando tuvo estuvo limpio y con aroma al detergente que usaba su padre, se dejó caer en la cama rendido, miró al techo y fue en ese momento donde se permitió asimilarlo todo.

CAMBIO DE PLANES - OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora