Estando solos.

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-Buenos días, Kash -dijo Freddie bostezando y rascándose la panza.

-¡Hermano! -Exclamó Kash al notar a Freddie entrar en la sala-. Realmente debes estar cansado con todos los gritos que pegaste ayer al regresar de la fiesta, estabas muy borracho. Pensé que no te levantarías hoy.

El balde lleno de realidad golpeó su mente.

-Oh... Cierto... La fiesta...- Dijo recordando lo sucedido-. ¿Qué dijo mamá?

-¿Mamá? -Preguntó Kash extrañada por la repentina actitud de pánico de su hermano-. A ella le encantó la fiesta, aunque dijo que no recordaba la mayor parte.

El alma de Freddie regresó a su cuerpo haciendo que relajara sus hombros cargados de estrés.

-Eso es bueno... -Suspiró y sus ojos se fijaron en las maletas que estaban en los pies de Kash-. ¿A dónde vas?

-Listo, Kash. Podemos irnos. -Anunció Julie entrando al lugar y mirando a Freddie-. Hola Freddie.

-Buenas, querida.

-Julie y yo decidimos pasar estos días que Arthur y mamá no están con los abuelos. Las clases en nuestra escuela cesaron debido a unos problemas con las instalaciones, ya conoces el desastre que luego se hace -respondió a la pregunta de su hermano.

-¿Por qué mamá y Arthur estarán ausentes? -Todo lo que sucedía esa mañana era nuevo para el pelinegro.

-¿No recuerdas ni eso? ¡Estabas perdido anoche! -Dijo con burla-. Ambos esposos se fueron a su luna de miel.

-¡Qué bien! -Festejó Freddie.

-Hey, ni te pongas tan feliz que mamá me dijo claramente, que te recordara que sigues castigado, y no puedes poner un pie fuera de la casa a menos que vayas a la escuela. Así que no eres un ser completamente libre.

-¿Enserio crees que eso va a detenerme? ¡Quiero decir, mamá no está! 

-Sé que las palabras de mamá no van a detenerte... -dijo con burla mirando a John colocarse detrás de su hermano.

-Yo lo haré -el castaño sonrió triunfante-. Jer me dejó a cargo y puedo llamarla si surge un problema.

-Maldito... -Susurró Freddie.

-Bueno, ¡nos vamos! -Gritó Kash tomando sus maletas.

-¡Adiós hermano! -Gritó Julie hacia John.

-¡Cuídense chicas! -Despidió John estirando una de sus manos. El suspiró de Freddie atrajo su atención encontrando la cara enojada del pelinegro, quien subió las escaleras ignorando a John-. Bueno... ¡Haré el desayuno!

Ciertamente John estaba de muy buen humor; secretamente eso se debía a que era sábado, lo que significaba que estaría todo el día junto a Freddie. Estaba realmente emocionado.

El pelinegro entró en la cocina secándose el cabello con una toalla, se sentó en frente de la barra viendo al castaño cocinar. Pasaron varios minutos y John dejó un plato con hot cakes en la mesa. 

-¿Qué es esto? -Preguntó Freddie mirándolo.

-El desayuno -le sonrió.

-No comeré esto.

-¿Por qué? No me digas que estás a dieta...

-¿Qué? ¡No! Puede que hayas envenenado la comida -explicó Freddie.

-¡No voy a envenenar la comida! -Respondió ante la estúpida idea del pelinegro -¿por quién me tomas? ¡¿Un psicópata?!

-La televisión me ha enseñado que la gente engaña.

Nuevos hermanos (Deacury)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora