John se levantó con cara de pocos amigos y se fue a la cocina en busca de un poco de leche.
-Domingo... Glorioso domingo...- Susurró sarcástico mientras abría el refrigerador y tomaba la botella de leche.
Un gritó lo hizo derramar un poco de leche sobre su playera, poco le importó, estaba más preocupado por la persona que había soltado ese aullido. Salió de la cocina y fue a la sala encontrando a un Freddie medio zombie tirado en el sillón.
-¡Me siento maaal! -Exclamó el pelinegro con voz ronca y la nariz escurriéndole de mocos.
-Te dije que te secaras -reprendió John al ver la toalla que le había dado a Freddie tirada-. Por lo menos te hubieras cambiado de ropa, sólo quiero decir que te lo dije.
-Mátenme...
-Muy bien, nadie va a morir aquí. Vamos al cuarto.
John tomó a Freddie en brazos y lo llevó escaleras arriba, para luego dejarlo en su cama.
Freddie estornudó y dijo-: me siento como la mierda...
John alzó las cejas.
-Voy a tocar tu frente, ¿bien? -Sin dejar que el pelinegro respondiera, la mano del castaño ya estaba sobre su frente-. ¡Wow! ¡Freddie está en llamas! Voy por un termómetro para estar seguro de que tienes fiebre, mientras, descansa.
John salió de la habitación y Freddie se acurrucó en su colchón agarrando las cobijas y cubriéndose la cabeza.
Al poco rato llegó John con un plato lleno de tostadas y el prometido termómetro. Freddie se descubrió la cuarta parte de su cráneo para mirar al menor.
-Volví -dijo alegre, dejando en el buró la comida y destapando el termómetro.
-Me doy cuenta de eso... -Respondió apático con la voz apagada.
-Abre la boca -ordenó y cuando el pelinegro obedeció le introdujo el medidor y esperó; posteriormente sacó el objeto y observó los números que aparecían en él-. Ciertamente, estás ardiendo, Fred.
-Es bueno saberlo.
-Ten, debes de comer algo por lo menos. No es mucho, ni muy nutritivo pero es algo... -Ayudó al pelinegro a sentarse para luego, dejar en su regazo el desayuno-. Antes de la comida iré a hacer las compras.
-¿Tres tostadas con queso y tres con mermelada? -Preguntó con burla viendo como John asentía-. No comeré esto.
-¿Por qué no?
-Ya te lo dije: puede estar envenenada.
-¡Por favor! ¡No quiero matarte! ¡Ni si quiera tengo una razón para hacerlo!
-Me odias, esa una buena razón.
-No te odio -lo miró a los ojos tratando de transmitirle confianza-. Además, si quisiera matarte, no te envenenaría... Ahora, come.
-Eso no me da confianza... -John lo miró serio-. ¡Bien! Lo comeré, pero sigo sin confiar en ti.
-Me conformo.
John agarró la ropa sucia del cesto de Freddie y salió del cuarto. Alguien debía de hacerse cargo de las tareas de la casa y sabía que el pelinegro con o sin enfermedad no iba a hacer nada. En cierta forma, parecía disfrutar hacerlas.
Pasó media hora, y el castaño regresó a su cuarto en busca de más ropa para lavar. Entró a la habitación y encontró a Freddie jugando con la comida.
-Oye, no tengo hambre.
-Necesitas comer para poder tomar la medicina -se acercó y dejó un vaso con agua junto a una pastilla en el buró.
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Nuevos hermanos (Deacury)©
FanfictionJer Bulsara y Arthur Henry, ambos padres solteros deciden casarse. Pronto las familias de ambos tendrán que aprender a convivir, a pesar de que algunos integrantes no sean del todo compatibles a primera vista.