Soy gay como un narciso.

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John abrió los ojos, ubicándose en la cálida habitación. Acurrucó la cabeza en la almohada y asomó uno de sus ojos. Desde que hace varios minutos - cuando estaba dormido-, había sentido una penetrante mirada sobre él.
Freddie estaba sentado, recargado en la pared y observando todas las acciones del menor con sus ojos cafés.

-¿Por qué siento que te me quedaste viendo durante varias horas? -Preguntó somnoliento.
Freddie miró hacia otro lado, junto sus labios con nerviosismo, volvió a mirar a John y sonrió tiernamente mientras recargaba su cabeza en la pared.
Los ojos verdes del menor se dieron cuenta de que el pelinegro estaba usando su sudadera, le quedaba un poco grande y le hizo sonrojar.
El pelinegro sintió unas tremendas ganas de besar a John. Se debatía internamente.
El castaño pareció leer los pensamientos del mayor y, de la nada, tomó la nuca del pelinegro y lo atrajo hacia él. Se besaron, fue un beso corto, tranquilo y tierno, lleno de amor.
-Ven, volvamos a dormir...

John empujó a Freddie sobre el colchón y se acostó encima del él, haciéndolo reír.

-No puedo -respondió posando una mano sobre la espalda de John-. Tengo que ir a la escuela.

-Ay, no -respondió enfurruñado mientras hundía la nariz en el cuello del pelinegro.

-Ay, sí -imitó a John acariciando su cabellera castaña.

El menor unió su frente con la de Freddie, mirándolo a los ojos. Ambos se quedaron viendo, sintiendo la calidez que venía de su interior.
El primero en pestañear fue Freddie.

-Yo gano -dijo John-. Y por eso te quedarás conmigo.

-Tramposo, no sabía que estábamos jugando a eso -hizo un puchero.

John sonrió soltando un pequeño suspiro, apartó la mirada y volvió a mirar a Freddie-: ¿por favor?

¿Qué carajos pasa con esa forma tan linda de actuar? Pensó Freddie.

-¡Estás actuando de forma linda sólo para doblegar mi voluntad, maldito! -Exclamó agarrando las mejillas de John y estirandolas mientras lo empujaba para lograr escapar al baño. Cosa que logró exitosamente.

John se quedó rodando en la cama, ¡qué flojera tenía! Cerró los ojos tratando de aprovechar toda la tranquilidad que tenía para luego, levantarse con energía.

-Freddie... Se está bañando... -Se acordó y sonrió pícaro.

Buscó la ropa que iba a usar y se fue con alegría al baño.

-¿Qué haces? -Preguntó Freddie escuchando como John cerraba la puerta y soltaba pequeñas risas.

-Estaba pensando que deberíamos de ahorrar agua, por el bien del planeta -explicó entrando a la regadera.

-¿Desde cuándo te preocupas por esas cosas? -Volteó a ver al castaño.

-... Desde hoy -. Respondió sonriendo tiernamente, recorriendo el cuerpo del mayor con la mirada.

Freddie no dijo nada más, puesto que sus ojos se quedaron atrapados en los labios rosados del menor. Por otro, lado John estaba demasiado nervioso por la belleza que desprendía el pelinegro, que su confianza se apagó rápidamente.
Lo único que se escuchaba era el agua golpear sus cuerpos y la tina debajo de ellos.

Mierda... Quiero besarlo... Qué se joda esto, no me voy a reprimir; se dijo Freddie a sí mismo con seguridad.

-Deberíamos besarnos para romper la tensión... -Sugirió el mayor acercando su rostro al del castaño.

Ambos labios se unieron, encajando perfectamente como si de un rompecabezas se tratara. Primero fue un beso tranquilo y tierno; que se fue transformando en uno lleno de pasión.
La confianza de John volvió a dominarlo siendo empujada por el pelinegro. Sus manos acariciaron la húmeda espalda del mayor y se deslizaron hasta sus posaderas, arrancándole un suspiro al mayor. Ambos sintieron una chispa dentro de su ser.

Nuevos hermanos (Deacury)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora