Sí, estaba harta de que todos quienes la conocían dijeran que era una especie de mojigata encubierta. Hablaban a sus espaldas, sin embargo, siempre se enteraba de lo que ellos decían. Solo tenía veinte años y ya la tomaban por una especie de bicho raro.
La suave brisa de diciembre, hicieron que le diera frío. Cubrió su cuerpo con la suave tela de su chaqueta, tapándose un poco. Para algunas personas pasaba inadvertida, pero para otros era una gran mujerzuela. No sabía de dónde demonios sus compañeros de universidad habían sacado semejantes conclusiones, lo cierto era que ella era una chica alegre y risueña. La vida estaba haciéndose cargo cruelmente de que no todo era color de rosa.
Aquella chica era sociable, le gustaba juntarse en la mayoría de las veces con hombres. Las mujeres suelen ser muy envidiosas, decía ella. No estaba tan equivocada, cada vez que ella pasaba por los pasillos de la universidad, las chicas la quedaban mirando con odio y recelo, sin embargo, eso a ella no le importaba en lo más mínimo. Caminaba tranquila del brazo de uno de sus compañeros, mientras reía de las cosas que ese chico le decía al oído. Quizás por eso tenía la reputación de acostarse con hombres desconocidos, cuando no era cierto. La gente y sus estúpidos prejuicios, le decían ellos, cuando estaban juntos.
Rosé, era su única y mejor amiga. Ella era la confidente femenina que necesitaba y que tanto quería. Eran como hermanas, inseparables desde que iban al colegio. Decidieron que irían juntas a la universidad. Estudiaban medicina, y aunque no le iba mal, siempre debía esforzarse un poco más, para que sus padres estuviesen orgullosos de ella. Regla autoimpuesta por ella misma, quería ser la mejor.
Anhelaba en convertirse en una gran pedíatra, adoraba a los niños. Tenía un hermano pequeño de siete añitos, su nombre era Yoongi y lo adoraba con su alma. Un día su hermanito enfermo gravemente y los médicos no daban muchas esperanzas de vida para el pequeño, eso hizo que ella quisiera estudiar esa carrera. Cuando les comunicó la noticia a sus padres, ellos estaban felices. Tendrían a su propio médico personal, le decían, ella tan solo se reía orgullosa, que pronto haría su sueño realidad. Su hermanito salió del coma inducido y ella pudo marcharse tranquila a Seúl a realizar su sueño.
Un día iba camino al baño, tenía la necesidad de lavarse las manos. No era muy agradable tocar fibras de músculos y tendones, aunque llevase guantes. Cuando llegó a la puerta de este, escuchó como dos chicas hablaban de ella, de una forma no muy decorosa.
- Seguramente ya se acostó hasta con el profesor de anatomía ¿Cómo es que tiene las mejores calificaciones? No me lo explico - decía la voz chillona de una de sus compañeras de ramo.
- Lalisa Manoban, la zorrita encubierta - rió con sorna la otra chica - Yo no sé qué demonios le ven, con ese espantoso pelo que tiene, la muy perra - escupió con un desprecio que ella no pudo comprender. ¿Cómo podían odiarla tanto, si nunca habían cruzado ni siquiera un "Hola"?
Sí, Lalisa Manoban, ese era su nombre. Una brillante chica de cabello rubio y unos preciosos ojos de un color azules únicos e incomparables. En cuanto escuchó aquellos comentarios, decidió que lo mejor era quedarse con sus manos tal cual estaban. No se sentía preparada para enfrentarlas cara a cara. Solo pudo darse media vuelta y cambiar de dirección al patio, necesitaba estar sola.
Se sentó y apoyó su espalda en la corteza de un gran árbol que estaba situado en la parte trasera del enorme patio de aquella universidad. Resopló varias veces, tratando de calmar su agitado corazón. Si bien había escuchado rumores de que hablaban de ella, nunca se había enfrentado directamente a las lenguas viperinas de sus compañeras de ramo.
Cerró sus ojos y dejó que viento hiciera bailar su cabello largo y suelto. Ese viento, lograba apaciguar lo que acababa de escuchar. Dejaba que sus malos pensamientos de disipasen. No era rencorosa, en lo absoluto, sin embargo, ya estaba agotada de tantas malas energías provenientes de sus compañeras. No relacionarse con mujeres envidiosas, era lo mejor que ella pudiese haber hecho. No le importaba que hablaran de ella a sus espaldas, es más cuando las miraba a la cara les sonreía con burla, para que ellas más se enojaran, que mejor que darle un poco de carne a los buitres, se repetía.
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Amante De Medianoche-Liskook +18 PAUSADA
Romance(Adaptación) the_best_uchiha1_forever Lalisa Manoban una chica extrovertida y risueña, estudiante de medicina. Con tan solo veinte años ya se había ganado una fama que no concordaba con lo que ella era. Sus compañeras de universidad siempre hablaba...