CAPITULO 12

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Maratón 4/4

¿Qué demonios acababa de suceder? ¿De verdad había dicho eso? La mirada incrédula de Lisa aún estaba pegada en la puerta que ya estaba cerrada hacia cinco minutos. Desnuda, sudada y pegada con el chocolate, todavía no comprendía lo que había pasado ¿Es que acaso ese hombre tenía algún tipo de sexto sentido? ¡Que sexto sentido ni nada! Era un idiota. Aparte de ser maravilloso en la cama.

Respiro hondo y se incorporó, miró sus muñecas que estaban levemente marcadas, las masajeó un poco y caminó desnuda al bañó. Cerró la puerta y se miró en el espejo, su cabello estaba hecho un lio y su cuerpo brilloso, sacó el antifaz y miró como su maquillaje estaba todo corrido, le importaba una mierda verse hecha un desastre. Dio el agua y se metió bajo la lluvia de la ducha, dejó caer el agua tibia por todo su cuerpo, apoyando las manos en la muralla enlozada.

¿Por qué había reaccionado tan mal? Lisa sintió como su cuerpo se tensionó al momento en que ella dijo esas palabras. El agua se llevaba consigo todo rastro de sudor, todo rastro de chocolate, todo rastro de sus besos y caricias. Tenía que olvidarse de él, no podía ser que se sintiera enamorada de una persona a la que jamás le ha visto el rostro, de una persona completamente desconocida. Pero muy a su pesar asi era.

Salió de la ducha y tomó una toalla pulcramente puesta sobre uno de los muebles, no había reparado en lo lujoso que era el baño, había estado tan absorta en sus pensamientos, que no sé había dado el tiempo de ni siquiera mirar a su alrederor. Secó su cabello, su piel y salió de ese lugar para dirigirse hasta la habitación. Se vistió con el ceño fruncido, con una extraña sensación, miró el antifaz y se lo puso, por supuesto que no quería que nadie la viese.

Al salir de la habitación, caminó a lo largo del pasillo y cuando estuvo afuera, sintió como el aíre golpeaba su rostro, llevándose asi todos sus pensamientos, sin embargo, eso no pasaría ya que al mirar al frente vio a ese hombre de pie junto al final de las escaleras. Su rostro estaba serio debajo del antifaz, la verdad es que no tenía ganas de verlo, no después de lo que él le había dicho, no después de que prácticamente la rechazara ¿Se podía decir que la había rechazado? No estaba muy segura de eso, lo cierto era que él la había dejado sola, con ganas de más y eso no podía dejarlo pasar. Si, todavía tenía ganas de estar con él, pero no sé lo haría saber jamás. No sé lo merecía.

Comenzó a bajar las escaleras para poder tomar un taxi y trató de hacer caso omiso a lo que significaba la presencia de ese hombre. Él estaba de brazos cruzados y apoyado en una de las barandillas mirándola, acechándola. Lisa caminó dignamente, con su frente en alto y lo ignoró olímpicamente, pero no contaba que él la afirmaría del brazo, haciendo que su cuerpo se estremeciera ¡Maldita sea!

- ¿Qué es lo que quieres? - preguntó la pelirubia con la voz fría.

- Solo quiero que conversemos.. - contestó él poniéndose al frente de lla.

- Yo no tengo nada que conversar contigo.. - desvió la vista, no quería mirarlo a los ojos, no quería caer ante su embrujo una vez más - Yo no sé que demonios te pudo haber sucedido en la habitación.. - se encogió de hombros - Y la verdad es que no me interesa.. - volvió su vista y la clavó en sus ojos - Te aseguro que no volveras a verme, porque a este lugar no pienso volver jamás.. - trató de soltarse de su agarre, pero él no la dejó.

- Me he portado como un estúpido contigo.. - reconoció, sin dejar de mirarla.

- Vaya que si.. - dijo con sorna.

- Tú no lo entiendes.. - resopló - Te encuentro preciosa, me gustas.. -

- ¿Y si te gusto, porqué demonios me has dicho todas esas cosas? - preguntó fingiéndo desinterés.

Amante De Medianoche-Liskook +18 PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora