CAPITULO 5

495 32 6
                                    

Se levantó perezosamente de la cama y fue a recoger su ropa que estaba regada por todo el suelo de la habitación, se sonrió de solo pensar en todas las exquisiteces, que aquel misterioso manjar le había hecho. Se mordió el labio cuando se colocaba las bragas, se sonrió cuando se subió las ligas, suspiro al abrocharse los tacones, dio gracias a Dios que no la conociera cuando se ponía el brasier.

Miró por sobre su hombro y vio la cama toda deshecha y caminó mientras cómo podía se ponía el corsé. Acarició la almohada y la tomó entre sus brazos, acercándola a su nariz, tenía el aroma varonil de aquel hombre, se sonrió con picardía al sentir que aún estaba su olor impregnado ahí. Dios, como desearía poder llevarse esa almohada con ella.

Dejó la almohada aun lado y se dispuso a salir de la habitación. Cerró las puertas atrás de ella y caminó a paso lento por el enorme pasillo que hacía unas horas recorría de la mano de ese hombre << ¿Me permitirías el honor de ser mi amante de media noche? >> Esas palabras tan sensuales con aquella voz que tanto la habían obnubilado. Vaya sí que no se lo podía sacar de la cabeza. Y era que no, si le había hecho lo que nunca antes otro.

Subió las escaleras deslizando los dedos por el pasamanos, esperando encontrar a Rose, debían volver juntas ¿Verdad? La estuvo esperando aproximadamente una hora en la entrada de aquel salón y llegó a la conclusión de que su amiga se había quedado a pasar una movida velada con su "Hombre" Se sonrió de solo pensarlo.

Espero un taxi y cuando este llegó, le indicó la dirección de la universidad. Miraba a través de la ventana, perdida en sus recuerdos. Todavía podía sentir las manos de ese hombre por todo su cuerpo. Llevó las manos atrás de su cabeza y sacó el antifaz, seguramente su maquillaje ya estaba todo corrido por el sudor que había experimentado casi dos horas atrás. De solo imaginarse el cuerpo de ese hombre, se mordía el labio. Fue una muy grata velada.

- ¡Lisa! - gritó su amiga cerca de su oído al ver que Lisa no reaccionaba.

Parecía una muerta, casi y le colgaba un hilo de saliva por la boca entreabierta. Rose estaba por sacar su celular para tomarle una foto, cuando Lisa reaccionó.

- Rose... - susurró - Te voy a matar, si no te dejas de gritar en mi oído - su voz estaba ronca por su reciente despertada.

- No exageres - rio - Mira que casi te sacó una foto, al ver la saliva seca en la orilla de tú boca - se burló muy graciosamente.

- Maldita - masculló por lo bajo, llevó la mano a su boca y bostezó - ¿Cómo te fue anoche? - preguntó a la vez que se estiraba.

- ¡Ay! Lisa- suspiró - Fue genial - fue a buscar una silla y la arrastró hasta la cama de Lisa, tomó asiento y prosiguió - Te juró que iré cada noche a ese lugar -

- ¡¿Cada noche?! - se exaltó quedando sentada en la cama - ¿Cómo eso? - preguntó confundida.

- Lisa. Ese lugar está abierto todas las noches - le dio un golpe en la frente - Pensé que te lo había dicho -

- No, Rose - frotó donde su amiga le había pegado - No me lo habías dicho -

- ¿Y a ti? ¿Cómo te fue? - levantó las cejas maliciosamente.

Lisa se tapó la cara con ambas manos y ahogó un suspiro. Rose la miraba y se sonreía, sabía que Lisa era una chica reservada a la hora de hablar de sexo, pero si se negaba de cualquier forma la sonsacaría. La amenazaría con lo que fuese para hacerla hablar.

- Rose - miró a través de sus dedos entreabiertos - ¡Me encantó! - gritó.

- ¡No puedo creerlo! - gritó igual de emocionada que su pelirubia amiga - ¿Y tú que no querías ir? ¿Eh? -

Amante De Medianoche-Liskook +18 PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora