CAPITULO 4

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La agarró de las nalgas y la levantó del suelo. De manera instintiva, Lisa rodeó sus caderas, sintiendo su potente erección, haciéndola gemir sobre los labios de su amante de medianoche. Él, la movía de arriba, abajo, estaban teniendo sexo con ropa, sin embargo, Lisa ya deseaba sentirlo adentro suyo.

Lisa enredó sus dedos en su castaño cabello, sin embargo, no podía sentirlo en su plenitud, ya que lo tenía atrapado bajo el antifaz. Quiso sacárselo y saber quién era, metió un dedo por debajo de la estorbosa tela, pero él de inmediato reaccionó, echándose para atrás, separándose de sus labios.

- No preciosa... - susurró en su boca - Recuerda que este juego es así. Yo no sé quién eres y tú no debes saber quién soy - volvió a besarla desesperadamente.

Caminó hasta la cama con una habilidad única, solo un buen amante podía saber lo que hacía y sin lugar a dudas, este era un perfecto amante. La recostó sobre la cama sin separase de ella, sin dejar de besarla en ningún minuto.

Llevó una de sus manos, hasta el nacimiento de sus senos y nuevamente comenzó a jugar con esos exquisitos pezones endurecidos. Subió y bajo por su vientre, provocándole unos espasmos a la chica. Se separó de su boca y bajó hasta su cuello, lo besó y succionó. Y como sin eso no bastara, siguió bajando por el medio de sus senos dejando un suave rastro de saliva. Lisa subió las manos por sobre su cabeza y echó la cabeza hacia atrás hundiéndola en la almohada.

Cuando llegó hasta la orilla de sus bragas, pasó la lengua dibujando la línea que lo separaba de su feminidad << ¡Oh! Por Dios >> Pensó Lisa al sentir que cada vez se aproximaba más a su centro.

Enganchó sus dedos pulgares y con un suave movimiento, fue bajando esa pequeña y estorbosa prenda. Se irguió por completo y contempló lo que tenía al frente. Pudo notar el sonrojo en las mejillas de ella y se sonrió de medio lado, lleno de placer.

Tan bella y tan femenina se veía solo con las ligas y los tacones, era la mujer más excitante que había visto en su vida. Tomó uno de sus pies y lo posó sobre su hombro, desabrocho su tacón, deslizó la mano a lo largo de su pierna y suavemente fue bajando la liga que cubría su blanca, suave y fresca piel. Realizó el mismo trabajo con la otra pierna, Lisa solo veía con el cuidado que ese hombre sacaba sus prendas y solo suspiraba con deleite.

Puso sus manos en las rodillas de Lisa y abrió lentamente sus piernas, ella al saber lo que pasaría cerró sus ojos y cedió a lo que aquel hombre misterioso pretendía. Primero besó sus pantorrillas, luego subió hasta sus rodillas, separó un poco más y besó la parte interna de sus muslos desnudos, tenía la piel más suave de lo él imaginó. Luego besó su cadera derecha y dejó un camino de besos hasta llegar a su cadera izquierda.

Bajó lentamente, perdiéndose en el valle de su feminidad. Cuando Lisa sintió la lengua caliente de él soltó un gemido lleno de lujuria y apretó con todas sus fuerzas la almohada que estaba entre sus manos. Acarició su centro de placer con la punta de la lengua, haciendo un movimiento exquisito, llevó uno de sus dedos al interior de su humedad y comenzó a sacar y a meter su dedo dentro de ella, mientras saboreaba su esencia.

Metió otro dedo más, formando círculos en su interior. Lisa creía que moriría allí mismo ¿Dios, es qué cómo se podía sentir tanto placer, solo son su lengua y sus dedos? La estaba llevando directo a las puertas del cielo. Abrió bruscamente los ojos, al sentir como él daba un pequeño mordisco en su centro, nunca antes nadie le había hecho eso, y se sintió tan bien, tan adictivo, que quería volver a sentirlo. Su pecho subía y bajaba ante tales sensaciones, ya comenzaba a sentir un intenso calor en su bajo vientre, aún no quería correrse, deseaba seguir disfrutando de tan exquisita lengua experta.

Sus dedos entraban y salían con un suave cuidado, como si ella fuese la flor más preciosa que él no quería dañar. Subió una mano lentamente por su estómago hasta llegar a su objetivo, comenzando a masajear su pezón desnudo.

Amante De Medianoche-Liskook +18 PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora