Asistente

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Aun no entendías que era lo que hacías en ese lugar o bueno no querías admitirlo, porque bien sabias que podías trabajar en un mejor lugar y en un mejor puesto, pero no...te gustaba estar ahí en ese lugar trabajando como un simple asistente a gerencia, como si tus cinco años de preparación más el tiempo de experiencia y otros tantos estudios no valieran nada.

Asistente a gerencia, la paga no era mala y tampoco tan buena pero para una persona con tu preparación eso no era un buen trabajo, pero vamos que te habían ofrecido varios trabajos en mejores lugares y con mejor paga, pero a todo ello te negaste. Amigos y familiares, se cansaban de decirte que eras mucho para ese puesto y que si te lo propusieras, serias tu propio jefe constituyendo tu propia empresa, a todo eso solo contestabas con un simple me gusta donde trabajo y les sonreías...pero en verdad te gustaba tu trabajo o te gustaba para quien trabajabas, que vamos ya lo tenias admitido y hasta muchos de tus amigos lo sabían solo que tratabas de negarlo. Trabajabas en ese lugar, con ese cargo, con ese salario, con ese horario, por un solo motivo y razón, tu jefe...y es que, por más odioso y frío que podría a llegar a ser, tú estarías para él.

Diablos...-exclamaste mientras te dejabas caer en la silla, frente al escritorio-

Te sientes bien?-te pregunto tu amigo que por más inquieto y distraído que era, siempre estaba al pendiente tuyo, al fin y al cabo se conocieron en esa empresa hace unos años atrás-

Si, no te preocupes-le sonreíste para que creyera tus palabras, aunque sabías que no eras sincero-

No te creo-bien, tú amigo y compañero de trabajo no era ningún tonto, así que mejor cambiar de tema antes de que te ametralle con tantas preguntas-

Ya le enviaste el informe contable que te pidió?-preguntaste y por la cara que puso tu amigo, sabias que la respuesta era un NO-

Se me pasó...-lo viste correr directo al ascensor-

Eres un despistado- sonreíste al verlo de esa manera-

Ey, lindo te estoy llamando hace rato...-escuchaste la voz de uno de los tantas, constantes, visitas de tu jefe-

Disculpe, ya aviso de su llegado- te apuraste a llamar- si, ahora mismo lo hago pasar-suspiraste, tu jefe ya sabía a qué venía tu llamada, después de todo esa era una de tus funciones- adelante...-autorizaste la entrada de aquel hombre-

Claro, nos vemos luego lindo...-te sonrió de manera seductora y por más atractivo que sea, no te caía muy bien y todo por esa confianza que se daba contigo, como si tu se las hubiese dado-

...-regresaste la mirada a la computadora ignorando de manera olímpica al dueño de la contratista con la que la empresa, en la cual trabajabas, tenía una asociación-

Deberías dejar de ignorarle y enfrentarlo-levantaste la vista y te encontraste con la mirada de tu amigo-

Trajiste los documentos?-cambiaste de tema, pues no te gustaba pelear o discutir esa clase de temas-

Que documentos?-te pregunto con cara de susto-

Los que te pidió hace un par de horas...-le recordaste-

Me lleva- exclamo para salir corriendo- espera!-grito al ver al ascensor cerrase-

...- negaste levemente, pues ya estabas más que acostumbrado a verlo andar de carrera en carrera- uf...-suspiraste, tal vez ya estabas cansado de trabajar en ese lugar, aunque tu compañero siempre te animaba y te gustaba su compañía, el día tras día...o mejor dicho el verlo (tu jefe) día tras día era un infierno-

Saldré un momento, llamadas y citas ya sabes que hacer...-asentiste a la orden dada, y trataste de no ver al dueño de la voz-. Saldría otra vez y tu tendrias que cargar con los odiosos ruidos del teléfono y los reclamos de los socios de la empresa-

No vemos lindura-escuchaste que se despedía ese ser que empezabas a aborrecer. Un almuerzo de negocios, sería la escusa que darías todos nuevamente esa tarde-

Señor, los informes contables y...-ibas a recordarle que debía revisarlos, pero solo levanto su mano en un gesto de que callaras y así lo hiciste-

Mañana lo hare- hablo con un poco de presunción, que te molesto levemente y no porque te hiciera callar si no porque, tu mejor amigo se estaba molestando de correr de acá a allá por esos documentos-sí, señor-exprésate, ya escucharías luego a tu compañero decirle de la A hasta la Z a su jefe, claro no en su presencia- hasta mañana-te despediste como de costumbre de él y de su odioso amigo-

A veces te preguntabas si en verdad todo lo que pasabas valía la pena. Desde que entraste a trabajar en ese lugar, tu ritmo de vida había cambiado a uno por demás estresante pero tu siempre te mantenías firme, después de todo te habías enamorado de la persona equivocada y por ello te esmerabas y soportabas todo aquello. Tal vez era momento de hacerle caso a tus amigos...

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