Antares

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El sábado había llegado con una hermosa mañana.

Milo caminaba a paso calmo y con la mirada perdida en algún punto lejano, sin prestar atención al parque o a las personas que en él se encontraban. Un ladrido y un jalón, lo sacaron de su mundo, su pequeño exigía atención.

Antares – el pequeño cachorro le movió la cola y comenzó a revolotear de manera juguetona – no estoy de buen ánimo – le hablo y como si el animalito comprendiera su estado froto su cabecita en la pierna de su dueño, que se dejo caer junto a un árbol – hay Antares, porque la vida será así? – dejo salir un suspiro y acaricio la cabecita del animal –

Ya te dije que no, no puedo decirte - expreso con cansancio y molestia a la persona del otro lado de la línea – es su vida y gústenos o no, él así lo ha decidido – volvió a hablar – si me molesto? , claro cómo no – se dejo caer con pesar en una de las bancas del parque – pero es su decisión y Mu es muy maduro como para tomara buena decisiones – siguió hablando sin darse cuenta que un par de ojos turquesas lo veían desde hace rato – no puedo él es mi amigo, uno muy querido y por más que me disguste esto no voy a decirte – lo vio arrugar el entrecejo – Shion, si no te calmas ahora te cortare y luego no quiero reclamos – amenazo con frialdad el francés – ... – vio como el peli aguamarina presionaba su celular y luego lo guardaba en su bolsillo – se lo dije – le escucho decir –

Quieto, quieto – Milo trataba por todos los medios de no llamar la atención de aquel que se encontraba sentado en la banca, después de todo seguía con la vergüenza de la noche anterior – Antares no lo hagas... No... – advirtió al animal que parecía con toda la intensión de desobedecerlo y salir corriendo – en qué momento te quite la correa – se lamento al ver como el animalito salía corriendo en dirección a otro cachorro – Antares! - lo llamo y corrió tras este sin importarle ya que el hombre sentado en la banca lo viera- perro malcriado, ven! –pero el mimado animal ni caso –

La voz se le había hecho conocida, por lo que trato de ubicar a su dueño, lo cual logro al volverle a escuchar gritar y perseguir al parecer a un cachorro de pastor alemán que seguía a su vez a otro cachorro de manera juguetona, no pudo evitar abrir sus hermosos ojos azules al ver al peli azul de nombre Milo.

Antares! Ven ahora! – lo volvió a escuchar gritar, pero el cachorro no le prestaba atención. No supo porque o tal vez no quiso prestarle atención, a aquel impulso que lo hizo ponerse de pie y ayudar a Milo a atrapar a su perro –

Antares, ven bonito... Ven –Camus se puso en cuclillas y con una voz amable llamo al animal que al ser nombrado por otro que no era su dueño o algún ser conocido para él, se quedo quieto observando al que lo había llamado, fue ese instante que Milo aprovecho para atrapar a su pequeño –

Te tengo! – sonrió triunfal al por fin tener a su amado cachorro – Antares, me vas a matar... – e acaricio la cabeza con ternura –

Si lo sigues consintiendo nunca te va hacer caso – una voz fría pero conocida para el peli azul, lo hizo mirar al peli aguamarina – no debes consentirle – aconsejo –

Antares es inquieto – acepto el peli azul – pero no me gusta reprenderlo – concluyo con indiferencia, que se creía ese hombre, por más lindo que fuera y por mas que le gustara, no le daba el derecho a hablarle tan normal después de cómo le había hecho pasar tremenda vergüenza... Aunque no era su culpa –

Es tu perro, sabrás como lo crías – Camus se encogió de hombros – el nombre es poco común y muy curioso – la mano del ojí azul se acerco al pequeño animal con la intención de acariciarlo – es el nombre de la estrella mas... – una suave sonrisa se formo en los labios del francés al sentir las lamidas del cachorro –

Brillante de escorpio, lo sé – completo Milo alejando a su cachorro del peli aguamarina, provocando una leve molestia en este - por eso se lo puse – concluyo –

Lo tienes muy bien cuidado – observo Camus, tratando nuevamente de acariciar a Antares pero el peli azul lo volvió a alejar –

Antares es un futuro perro policía y como tal debe tener un buen físico – explico el de ojos turquesas –

Eres policía? - cuestiono el francés curioso –

No, soy abogado – contesto con simpleza –

Y por qué? - Camus le arrebato el perro a su dueño, cansado de que este no le permitiera tocarlo –

Oye! – Se quejo y trato de recuperarlo pero al ver a su mimado cachorro cómodo en los brazos del galo desistió – Antares, tiene mucho potencial para serlo y un amigo lo está entrenando para ello – respondió la pregunta hecha por el de ojos azules –

Lo cuidas bien, eso habla bien de ti – Camus levanto un poco al cachorro y lo observo fijamente –es de pedigrí, no? –pregunto esta vez mirando al dueño –

Si, como supiste? – pregunto un tanto intrigado, hasta que recordó lo dicho por Mu, Camus es veterinario le había dicho el día anterior –

Soy veterinario – contestó el francés –

Ya lo sabía – pensó el griego – entonces tienes un amor animal muy desarrollado – comento el peli azul –

Se podría decir que si – acepto – bueno Milo, nos vemos luego, me gustaría ver más a Antares – le paso su perro – nos vemos lindura – se despidió del cachorro que le movió la cola, le regalo una pequeña sonrisa al peli azul y se despidió dejando desconcertado al dueño del animal –

Antares eres mi pase para llegar al amor – Milo sonrió y le hablo a su pastor alemán, después de procesar todo lo que había pasado –nuestro amor animal nos unirá – celebro con su cachorro que solo movía la cola, al saberse mimado por su dueño – Antares, mi bebe... – lo abrazo con fuerza y comenzó su marcha a su hogar, después de todo ese sábado había sido muy productivo -


AsistenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora