Paso a Paso

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Estas bien? - Mu le tendió un vaso desechable, lleno de café bien cargado. Por eso amaba mucho a su amigo y compañero de trabajo -

Me duele la cabeza y estoy viendo doble. Tu que crees? - entrecerró los ojos, el día estaba muy brillante para su gusto - mantenme por favor - se dejó caer en su silla de manera despreocupada. La resaca junto a un día laboral era lo peor que podía pasarle -

No debiste tomar, cuando trabajabas al día siguiente - el peli lila suspiro. Era raro que Dite hiciera algo así -

Necesito los estados financieros - la voz de su rubio jefe se escuchó tras el intercomunicador, sacando un gemido lastimero del peli celeste -

Me llevaba - gruño al recordar que no había terminado de hacer las notas de los estados financieros -

Mu, la reunión de las 9:00 am está confirmada? - el peli lila suspiro antes de responder la pregunta -

Si, pero hay un detalle la secretaria me envió un correo para pedir 10 minutos de retraso por el cruce de citas que tuvo el señor Minos -  estaba casi seguro que el rubio había rodado los ojos con exasperación por lo informado -

Cancela la cita. Dile a la secretaria que le diga a Minos que cuando aprenda a ser puntual tendrá otra cita - con lo dicho corto la comunicación -

No está de buenas - Mu vio con pena la situación de Dite, que con todo y su dolor se apuró a terminar su trabajo -

Que pasó con los estados? - volvió a sonar la voz del rubio tras el intercomunicador -

Ya los llevo - a quién quería engañar, no iba a llevar nada si ni siquiera había terminado con el trabajo -

Mejor dile la verdad, así tal vez te da chance de unas horas - aconsejo el peli lila, que terminaba de envíar el correo, para luego revisar la agenda del rubio -

Ja! Como si eso fuera a pasar. Fue un placer conocerte Mu, eres un buen amigo - le miro con sinceridad y hablo con calma - no creo que pase de hoy - explicó el porqué de sus palabras -

Tengo que venir por los documentos, yo mismo - lo que sea que fuera a decir, quedó en intento, por qué Shaka había llegado molesto a exigir tales papeles al escritorio de Dite -

Que humor! Por eso estás viejo, soltero y amargado - una voz burlona se dejó escuchar al cerrarse el ascensor, dando a notar la reciente llegada -

Viejo? Soy tres años menor - el rubio se cruzó de brazos y frunció el ceño - no creo tenerte agendado - miro a Mu que negó rápidamente - que haces aquí? -

Esas son las manera de tratar a los amigos? Y yo que venía a invitarte a mi cercana boda - sonrió con cinismo la verdad es que le daba igual si el rubio iba o no, solo que sabía que por lo menos la tarjeta debía ser entregada. Su padre no le perdonaría romper las relaciones empresariales que por generaciones hubo, solo por un mal entendido -

Quien estaría lo suficientemente loco o loca para casarse contigo? - le miro en una mezcla de curiosidad y burla -

Si, si lo que digas, eso no cambia el que me casaré - le tendió una hermosa tarjeta de color perla y decorada elegantemente - te esperamos, Helada y yo - ni siquiera trato de ocultar el sarcasmo en sus palabras -

Será un gusto - el de ojos azules respondió de igual manera -

Y a ti que te pasó? - ojos azules se centraron en el peli celeste, que había buscado por todos los medios no ser notado, per vaya que el destino estaba en su contra - estuviste tomando? - arrugó el ceño al ver las fechas del asistente -

Los estado financieros - trato de ignorar al peli azul que le hablaba para centrarse en su rubio jefe, mientras le pasaba el folder lleno de documentos -

Te estoy hablando - exigió la atención del menor, que solo le miro con desagrado -

Estoy trabajando, si no lo haz notado - respondió entre dientes tratando de controlar su enojo -

No es por correrte no nada, pero molestas a uno de mis asistentes, así que... - Shaka intervino al ver la intención del mayor de insistir en una respuesta clara y extensa del porque de las fachas del sueco -

Si, como sea. Nos vemos - con una última mirada desaprobatoria, se retiró del edificio -

No entiendo cómo pueden ser hermanos - murmuró el dueño de la empresa, antes de regresar a su oficina -

Estas bien? - Mu corrió a ver de cerca a su amigo. Estaba tan callado -

Si, solo... terminaré esto...- señaló los documentos sobre si mesa - al rato me llama, porque le entregué los estados sin las notas - explicó. El dolor de cabeza se le había ido casi por completo, ahora le dolía el corazón -

Bueno - Mu regreso a su sitio, sin insistir de más. Dite le diría lo que pasaba cuando se sintiera listo -

***M***

Puedes dejar de hacer eso? - Sorrento exigió con molestia, pues el francés desde muy temprano había estado refunfuñando y caminando de un lado a otro - que diablos paso en esa fiesta para estar así? - apagó el televisor para concentrarse en su amigo. No podía disfrutar de una matined de películas con su amigo en ese estado -

Nada - no quería darle razones al menor para molestarlo hasta el cansancio -

Aja! Como si fueras capaz de estar así por nada - rodó los ojos al ver la poca intensión de cooperar del mayor - haber, enserio que pasó? O quiere que adivine, porque sabes que lo haré, así que mejor cortemos el rollo y vayamos al grano -

Me encontré con Siegfried - declaró. Eso no le molestaba, pero esperaba poder engañar al peli lila -

Y...? Apuesto que eso no fue nada. Conozco a Sieg y sé qué tan buena relación amical tienen ahora, así que a otro perro con ese hueso - le miro atento a la espera de la verdad -

Recuerdas a Milo, el hombre que vino hace unos días? - al fin cedió a hablar. Mejor ahora que luego -

El que te aloca la hormona, sí - de mordió la lengua para no reír al ver el desconcierto, la molestia y la vergüenza combinados en el rostro de su amigo -

Eso no es...- trato de negar pero al ver al menor levantar una ceja a la espera de lo que diría, desistió - resulta que estaba coqueteando conmigo, pero lo vi acaramelado con otro sujeto - sintió nuevamente una patada en su hígado al recordar la escena - el muy descarado -

Oh! Eso es interesante - Camus rodó lo ojos al ver el brillo en los ojos lilas, sabía qué tan anormal era su amigo - y que pasó? -

Que pasó? - arrugó el ceño al no entender a qué se refería Sorrento -

Sí, que pasó? Digo, ser coqueto no significa nada. Viste algo incriminatorio? - el francés suspiro con cansancio. Había sido un beso en la mejilla, por parte del sujeto y no de Milo - además, creí que tú no quería nada con él, solo que se alejara. Entonces porque te molesta? -

Sí, es verdad...- dudo levemente. Su amigo tenía razón porque le estaba dando demasiada importancia al asunto -

A menos que te guste - en el blanco. El austriaco sonrió al ver la mirada desconcertada de Camus. Tan listo que era el francés y no se  daba cuenta de algo tan obvio -

AsistenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora