Buen Amigo

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Camus siempre había pensado seriamente en la amistad que tenía con Sorrento. De que sí está era más una desventaja que ventaja, porque? Porque desde que  conociera al peli lila, había hecho de su vida un caos, desde sacarlo de clases hasta salir a bailar ebrio en una fiesta. Sorrento había sido un dolor de cabeza y de hígado para sus padres, pero si era sincero, si no hubiese sido por él, tal vez, nunca hubiese llegado a ser la persona que era, con una profesión que amaba, y no la que sus padres estaban dispuestos a obligarle a seguir. Porque, seguramente sí no llegaba a conocerlo nunca hubiese tenido el valor de desafiar a sus padres.

Y ahora una vez más, buscaba ayudarle, veía como su amigo se encargaba de llevar al molesto peli naranja lejos de Milo, y le daba una mirada que claramente decía adelante. Se sintió apenado por ello, porqué, de verdad Camus no sentía nada por el peli azul griego, pero Sorrento tenía en su mente que sí, y que debía hacer algo, más que solo dejar pasar la oportunidad.

Yo estoy buscando una tortuga, para llevar, hay alguna? - Sorrento sonrió mientras arrastraba a Mime que solo sonrió por compromiso, antes de mirar a los otros que solo se encogieron de hombros, ante el gesto tan confianzudo del austriaco -

Yo quiero un pez, tal vez Saga no lo mate, está vez - agrego Kanon para tomar el otro brazo de Mime, y así evitar que este se escapara - o tal vez un hamster -

Oh, bueno hay una variedad de ellos, pero...no iba a ser un perro? - le miro con una ceja alzada, porque más o menos que Kanon no le daba confianza para llevar a uno de sus pequeños -

Sí, pero si llevo un perro para mí, le tengo que llevar algo a Saga, ya sabes cosas de gemelos - alzó lo hombros en un gesto desinteresado -

Bueno - al fin el peli naranja aceptó irse con el griego y austriaco, que se vieron más animamos ante la cooperación del vendedor de mascotas -

Y como has estado? - Milo sonrió ante sus propias palabras, le avergonzaba la situación montada por su amigo, era más que evidente que quería dejarlos solos, esperaba que Camus no se diera cuenta de ello o moriría de vergüenza allí donde estaba parado -

Este yo...- Aioria se dio cuenta de que sobraba y más al ver a Kanon a lo lejos hacerle señas de que se largará - voy a darle más tiempo en el parque a Antares - tomando al perro se dispuso a salir de la tienda - me mandan un mensaje cunado se desocupen - aviso agitando la mano en despedida -

Ok. Quieres un café? - invitó el griego al francés, mientras le señalaba un local cercano -

Porque no - acepto, porque Camus no quería ir, obviamente, solo lo hacía para no escuchar el reclamo de Sorrento -

***M***

Te conozco? - Mu se sorprendió por las pasivas/agresivas  palabras del hombre que había contestado el intercomunicador de puerta, del edificio departamental -

Buenas tardes, no. Solo venía a acompañar a Afrodita - hablo, ocultando lo mejor que pudo su nerviosismo. Que él supiera Dite, vivía solo -

Ok. Abriré la puerta - escuchó un suspiro antes de que la puerta se abriera -

Listo, vamos - ayudo al peli celeste a salir de auto, para entrar en el edificio -

Esta bien, gracias, pero ya puedes irte - le dio la mejor sonrisa que su estado le permitió - estaré bien, si? No te preocupes - agrego al ver el intento de negación del peli lila - puedo cuidarme -

Sí, pero... - Mu quiso replicar, hasta que la llegada de otro joven le interrumpiera -

Te dije que era mala idea - el chico se cruzó de brazos y rodó los ojos con exasperación - mira cómo estás -

AsistenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora