✗✗Solo✗✗

1.5K 195 49
                                    

Uravity continuaba en labores, al igual que Red Riot y ambos ya tenían una niñera de confianza.




•⊱⋅ ──────────── ⋅⊰•

Bakugou se levantó a abrir la puerta.

—Perdón por tardar. —Se disculpó la mujer, —no pude escapar de la prensa.

Bakugou colocó su dedo índice sobre los labios cereza de la castaña. —Está durmiendo, —susurró en forma de gruñido.

Sonrió embelazada, Katsuki tenía un hermoso instinto paterno. Ella se acercó a su pequeña para verla dormir sobre el sillón.

Bakugou miraba atento, por la mierda, aún no podía lanzar sus sentimientos a la basura y la frustración llegaba a él de nuevo.
Caminó a ella.

—¿El Pikachu sigue fuera?

—Llegará mañana por la noche. ¿Por qué?

—Ella estuvo preguntando por él.

—Gracias, Katsuki —sonrió.

Su corazón crujió y le pidió un pagaré al karma.

Empujó con el antebrazo a la castaña y la terminó empujando sobre el otro sillón.

Ochako frunció el ceño de inmediato.

—Joder, ¿aún no te aburres?

—Para nada —escupió indignada.

—¿Segura?

—Por supuesto.

Aventuró sus manos al fino cuello de Ochako, el aroma a cafeína se desprendió suavemente y su corazón y estómago dieron un giro de 180°.

—¿Qué mierda? —gruñó la castaña.

—Sólo...quiero un favor.

Ochako lo empujó lejos y se levantó muy enojada, en el interior sabía que dejar a Katsuki entrañar con su hija y su relación sería contraproducente, pero aún así, algo, algo había aún que dejó que su pequeña se encariñara con él.

—¿Qué quieres?

Bakugou bufó rendido, se sentó de forma correcta al lado de la castaña y pidió que ojalá ella no se alajara más con lo que le iba a pedir.

—Cara redonda, —comenzó— ¿Podría sentir por última vez tu piel sobre la mía? —. La encaró, —y no me refiero a follar, —aclaró ante el rostro deformado de Ochako. —Quiero respirar por última vez tú aroma.

Se acercó inseguro, temió con todas sus fuerzas que ella se hiciera a un lado. Pero, Ochako abrió los brazos para atraparlo.

Ella suspiró, —es el último abrazo Katsuki, estoy casada y con una hija.

—Lo sé, es una total mierda —, apretó más sus brazos al rededor de su cintura. Sentía que la luz de su vida se estaba perdiendo y él tenía que salir de ahí a aceptar la oferta del trabajo de su vida fuera del país.

—¿Qué sucede? —lo amó en algún punto de su vida y los latidos de Katsuki dictaban algo.

—Me iré en dos meses, me iré del país. Tengo una oportunidad para ser el número uno.

—Ya veo.

—¿No te duele?

—Será incómodo.— Escondió el rostro en el cuello de Katsuki, —ella te extrañará.

—Y yo a las dos.

Duraron cerca de quince minutos de esa forma. Ochako se alejó lentamente.
Bakugou se sintió rechazado, sabía que ni suplicando en el suelo podría volver el tiempo atrás.

—¿A dónde irás, Katsu? —la pequeña se levantó tallando sus ojos.

—Mi niña, —la pequeña sonrió a su madre y se levantó para ser cargada en los brazos de ésta.

—Iré a patearles el trasero a los malos. —se levantó para despedirlas.

—Yo quiero ser una gran villana, que malo eres, Katsu —frunció el ceño.

—Jodida ardilla eléctrica —se burló.

—Hey, Katsuki —Ochako lo regañó.

—Si, si, si, perdón.

Ochako colocó una bufanda al rededor de su hija, afuera hacía frío.

—Hasta luego, Katsuki —al darse la vuelta para mirar a Bakugou, dió un respingo al ver que sus narices casi rozaban.

—Adiós, cara de ángel —. Besó su frente de manera lenta y antes de alejarse susurró dulcemente: —Las amo.


⊱⋅ ──────────── ⋅⊰

Salió del lugar con la niña entre los brazos, en verdad ya no sentía nada por Bakugou que no fuera cariño y confianza de niñero.

Miró al departamento y conforme se alejaba sentía como el vacío se hacía más grande. Mañana sería un día difícil, entendió que Katsuki se iría en menos de tres días, pero había mentido porque ya se había percatado de que su hija estaba despierta.

El hueco en su corazón la hizo apretar los labios, dolía un poco o quizá bastante.



•⊱⋅ ──────────── ⋅⊰•

Esperaba que con eso ya le hubiera pagado al Karma.
Entró y admiró el todo; agridulce.

Revisó sus maletas y papeles, listos para tomar un vuelo.

Apretó su pecho con su mano derecha.

Solo. —Gruñó concluyendo su futuro distante.


SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora