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Por fin era viernes, la semana había sido tranquila, demasiado, diría yo, eso debido a que era la primera semana de un nuevo período académico y no hacíamos nada.

Pero sabía que este sería mi último fin de semana en paz, desde el próximo lunes podía decirle adiós a mi vida social, que tampoco era mucha porque sólo hablo como con cinco personas, pero, algo es algo.

El problema es que la noche anterior me había quedado leyendo hasta muy tarde, y ahora estaba corriendo para poder llegar antes de que cerraran la puerta, nunca había llegado tarde y no iba a empezar ahora.

Gracias a mi buen físico logré llegar un minuto antes, seguí caminado ahora más tranquilo, hasta que recordé que tenía clase de deportes y tenía que recorrer medio colegio para llegar, así que me preparé para volver a correr, pero no vi a la persona sentada en el piso del pasillo y tropecé con sus piernas, di como tres vueltas y solté un quejido.

Escuché el ruido de unos pasos y supuse que era con quién había tropezado, pero mi cuerpo no reaccionaba y quería quedarme ahí tirado para siempre.

- ¿Estas bien? – otro quejido salió de mi boca, esta vez debido a que conocía esa voz.

- ¿Chan? - repitió y ahora si lo miré, estaba de rodillas frente a mí, mirándome avergonzado mientras se mordisqueaba el labio, era la primera vez que ese niño decía mi nombre y lo odié por hacerlo tan melodioso.

Solté un suspiro frustrado y puse mi cabeza en el piso cerrando los ojos y tratando de normalizar mi respiración.

- ¿Por qué no estás en clases, Minho? - pregunté aún sin cambiar de posición.

-Fui al salón, pero no había nadie- respondió levantándose y tendiendo su mano para ayudarme a levantar.

-Eso es porque tenemos clase de deporte, y es en el gimnasio- explique mientras tomaba su mano y me incorporaba tratando de ignorar la calidez de su piel.

-Oh- fue lo único que dijo despeinando su cabello con incomodidad.

Y como la buena persona que soy me ofrecí a llevarlo hasta allá, bueno a que camináramos juntos, ya que igual íbamos para el mismo lado.

El camino fue algo incómodo, él estaba haciendo lo de costumbre, mirándome de reojo como queriendo algo, si hubiera sido otra persona la que me mirara así no dudaría en que tiene interés en mí, pero como era el señor “no soy como los de tu clase” entonces me estaba confundiendo, era su don. Además, me dolía un costado por el tremendo golpe que me di.

Agradecí al cielo cuando al fin llegamos, abrí la puerta y lo dejé pasar primero, él agradeció dándome una pequeña sonrisa que me dejó en shock, nunca me había sonreído, nunca había tenido tal honor, porque ese gesto sólo podría ser considerado como tal, su rostro cambiaba completamente, brillando y atrayendo miradas como nadie más podría.

Me repetí como por centésima vez en lo que llevaba de conocerlo que no me hiciera ilusiones, que ahí no había nada y nunca lo habría.

Cuando por fin salí del trance y entré, el profesor nos miraba de una forma muy poco amistosa.

-Señor Bang y caballero nuevo, ¿Por qué están llegando tarde a mi clase? -

-Mi nombre Es Lee Minho Señor- empezó el castaño parado a mi lado antes de que yo pudiera hablar- no sabía que tenía que venir aquí, ni mucho menos donde quedaba el gimnasio, Chan me vio perdido y me trajo hasta aquí-

El profesor nos miró suspicazmente debatiendo si creernos o no, mi mirada se encontró con la de Woojin que alzó la ceja y formó y corazón con los dedos, disimuladamente le saque el dedo del medio.

-Bien, vayan al vestuario y cámbiense rápido- dijo acercándose a Minho y entregándole una llave- tu compañero ya sabe cómo funciona, los quiero aquí en cinco minutos– dicho esto se alejó y siguió hablándole a mis demás compañeros.

-Sígueme- le dije a Minho mientras caminaba hacía una pequeña puerta.

- ¿Qué número tiene tu llave? - pregunté mientras me dirigía a los casilleros.

-Cincuenta y siete- murmuró y me dirigí a su casillero que casualmente estaba junto al mío, así que le explique- Aquí guardamos el uniforme que usamos en esta clase, puedes llevarlo y lavarlo cuando quieras, pero la mayoría lo traemos aquí luego de eso para evitar que se nos quede o algo así- terminé mientras dejaba mi mochila en una de las bancas y sacaba mi propia ropa del casillero.

Empecé a quitarme la camisa dándole la espalda para que no se sintiera incómodo cambiándose conmigo aquí, tal vez pensando que lo pudiera acosar o algo así.

No contaba con que me estaba cambiando frente a los lavamanos, por lo que mi cuerpo estaba frente a un espejo, y Minho me estaba mirando “disimuladamente” aunque apartó la mirada en cuánto se dio cuenta de que lo había descubierto.

Empezó a desvestirse y ahora fue mi turno de apartar la mirada, terminando de atar mis zapatos, antes de ponerme miré mi abdomen, se estaba poniendo un poco rojo en el lugar en que me había golpeado contra el piso.

-Creo que te saldrá un moretón- Abrí los ojos como platos, Minho se había cercado silenciosamente y ahora uno de sus dedos tocaba suavemente el lugar maltratado, lo miré y sus ojos estaban más oscuros de lo normal, miré su mano y no lo podía creer, su toque parecía quemar en mi piel, dolía un poco, pero dolía más desearlo tanto y no poder hacer nada, me estaba conteniendo para no rogarle que siguiera tocando lo que quisiera.

En un momento pareció volver a la realidad, se alejó rápidamente con los ojos muy abiertos, tartamudeando y sonrojado.

Ya estaba completamente vestido y se dirigió rápidamente a la salida, yo seguía tratando de digerir lo que acababa de pasar.

Me miro una última vez antes de irse, mi pecho aún desnudo, y podría jurar que lo vi tragar saliva, Minho era realmente raro, pero no podía negar que ese ser tan curioso me atraía mucho.

Y la pregunta del día, ¿Por que Minho es así? ¿Que esconde? ¿Por qué no se casa conmigo?

Bueno esa no💔

Disfruten💜

Waste it on me (Minchan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora