C12: Amigos en el parque Green Wood

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Ese sábado en la noche, salí al parque Green Wood con Chloe y Rose Shaw a las 6:00 p.m., tal y como habíamos acordado.

Había decoración navideña muy bonita por todos lados. Colgaban luces blancas de las ramas de los árboles, había cascanueces gigantes encima del pasto y por ultimo, más luces y más luces de navidad. Hacía bastante frío esa noche. No sé en qué diablos estaba pensando al llevar pantalones cortos, no sabía que estaría helando afuera.

Chloe, Rose y yo estábamos pasándola muy bien. Tratábamos de pararnos de cabeza sobre el pasto, pero ni Chloe ni yo podíamos hacerlo. Rose sí podía hacerlo sin ningún problema y era genial.

En un momento que estaba caminando sentí un aroma a perfume idéntico al de Adam, sin duda era su perfume, pero podría ser cualquiera; porque era un perfume barato, cualquiera podría tenerlo. Pero de igual forma seguía siendo su perfume.

—Oigan chicas, ¿hasta qué hora pueden estar afuera? —les pregunté.

Chloe me quedó mirando muy extraño.

—¿Qué sucede?

—Detrás de ti —me contestó señalando.

Me di media vuelta y miré a Adam parados detrás de mí. Llevaba puesta sudadera que el día que lo encontré en el centro comercial. Sorprendí mucho al mirarlo.

—Hola, Brad —me dijo mientras se acercaba a nosotros.

—Hola, Adam —le contesté, luego quedé mirando a Chloe y a Rose —. ¿Recuerdas a mis amigas?

—Seguro —me contestó —. Hola chicas.

Ellas lo saludaron de vuelta y hubo un pequeño silencio.

—Bueno, ¿qué están haciendo aquí? —nos preguntó.

—Pues, sólo estamos caminando —le contesté —. ¿Qué hay de ti?

—Pues, quedé en encontrarme con James hace veinte minutos, pero creo que no vendrá.

Chloe se aclaró la garganta.

—Lo siento —les digo —. Bien, Adam fue bueno vert...

—Brad —dijo interrumpiéndome —. ¿Te importa si hablamos un momento?

Quedé mirándolas a ambas, y ambas asintieron, así que estaba bien si me iba por un rato.

—Seguro, vamos —le dije.

Comencé a caminar junto a Adam y nos sentamos en una banca que estaba como a unos veinte pasos de donde estábamos.

No hablábamos mucho, sólo mirábamos hacia el frente. Se dio la vuelta y se sentó de frente hacia mí mirándome. Yo me apoyé en mi brazo izquierdo mientras también lo miraba y su rodilla rosaba con mi mano.

—Bradley, pregúntame cualquier cosa —me dijo —. Lo que necesites saber.

—No tengo nada que preguntarte.

Volví todo muy aburrido. Se levantó del banco y me invitó a caminar. Caminamos unos cinco minutos sólo hablando tonterías. Ya era algo tarde y en el parque no quedaban muchas personas.

Nos sentamos un momento sobre el pasto artificial. Se sentó primero con las piernas cruzadas, luego yo me senté de igual forma como al menos medio metro de distancia. Entonces se acercó a mí, dejando muy poca distancia entre nosotros y haciendo que nuestras rodillas se tocaran.

Comenzó a acariciar mis piernas con sus dedos, así que lo miré a los ojos. Pensé que ya debía decir algo, así que le dije:

—Me alegra haberte visto hoy.

¿Por qué, Adam?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora