Narra Alex:
Estábamos ya en el pequeño hotel donde nos alojaríamos hasta pasar el siguiente nivel.
Ahora, me encontraba sola con Justin en una de las habitaciones. Era algo incómodo ya que había un gran silencio.
-Bueno... Y... ¿Qué me cuentas de ti? Ni siquiera hablamos.-Rompió el silencio Justin.
-Pues que tengo 14 años, me gusta mucho el deporte y poco más.-Sentí su mirada en, me intimidaba mucho.-¿Y tu?- Pregunté.
-Yo igual.- Me sonrió.- Aunque ya sabes... Ya no puedo hacer deporte.-Bajó la mirada apenado.
-Tranquilo.- Le sonreí y el hizo lo mismo.
Era bastante hermoso, esos ojos azules y ese pelo castaño claro casi rubio... ¿Qué dices Alex? ¿Acaso te gusta? No, no, no.
-Eres hermosa.- Lo miré y mi corazón volcó. Lo miré y me miró, me perdía en esa mirada azul tan profunda.
-Gracias.- Creo estar más colorada que el tomate, mucha gente me dice lo mismo pero Justin lo hizo diferente a los demás un tono más sincero como si fuese una indirecta.
-¿Te has colorado?- Carcajeó y yo reí junto a él.
-No.- Dije negando muchas veces con la cabeza.
El se sentó alado mío ya que el estaba en un sillón y se puso alado mío en un sofá mas amplio.
-Tienes un pelo muy bonito.- Me volvió a alagar, yo rodee los ojos y lo mire. Otra vez me volví a perder en su mirada, ¿Alex qué dices? ¡Fuera chicos!
-Vasta, Justin.- Le advertí, no me gustaban para nada esos chicos que alagaban a las chicas solo para una noche, además ni me conoce. Mujeriego...
-Está bien. Como quieras, pero ten en cuenta que todo lo que dije es cierto.-En ese instante Matt entró con comida, que alivio... Casi lo mato aquí mismo.
-¡Hey, tortolitos!- Miré a mi hermano con furia y rió.- He traido fruta. No hay nada más.- Se alzó de hombros.
-Gracias Matt.- Agradeció Justin y cogió una manzana, yo hice lo mismo pero nuestras manos se encontraron en la misma pieza de fruta. Él me miró con lujuria, yo con odio, entonces aparté mi mano y Justin sonrió victorioso por la pieza de fruta... Después al fin cogí una pieza de fruta.
Cenamos y yo fui a darme una ducha... Al fin encontré un baño era hermoso no muy grande pero agradable.
Me duché y me comencé a secar con una toalla, de pronto una puerta se abrió y me cubrí el cuerpo. Alcé la mirada y ahí estaba estaba el imbécil de Justin lamiéndose los labios mientras me miraba de abajo arriba.
-¿¡No te enseñaron a tocar!?- Le grité.
-Supongo.- Rió.
-¡Lárgate ya!- Dije alterada.
-No, no me voy.- Se apoyó en el marco de la puerta.
-Justin... Déjame ¿Vale?-Le dije muy enfadada.
-Tu veras, yo también me iba a duchar... tu te lo pierdes.- Levantó su camisa dejando ver sus abdominales trabajados. Después de eso se fue.
Narra Matt:
Cuando entré a la habitación y vi a Alex y a Justin juntos se me hizo muy raro. A Alex normalmente no le suele gustar ese tipo de chico.
No digo que Justin sea un mal chico pero parece mujeriego, y eso es lo que a mi hermana no le gusta. El chico es guapo pero no sé...
Mientras que Alex se duchaba Justin se fue y luego Justin volvió con una sonrisa pícara.
- Hey Justin! ¿Qué tal con mi hermana?- Le dije bromeando un poco.
- ¿Qué dices?- Me contestó un poco enfadado.
- Venga, que ya os he visto. Admítelo.- Le dije.
- Solo estábamos hablando.- Me dijo.
- Bueno, vale lo que tú digas. Pero no te enfades eh.- Le dije.
- No, no me enfado. ¿Pero cómo me voy a enfadar si eres mi amigo? Gracias a tí estoy donde estoy.- Me dijo agradecido.
Narra Justin:
Esta Alex... me odia, y sí soy un mujeriego, consigo lo que quiero y hago lo que quiero. Aunque a primera vista parezca un ángel que se perdió. Nunca me enamoré y tampoco lo haré, yo solo uso a las chicas para divertirme un rato.
¿Qué es eso de enamorarse? Dicen que trae problemas... Además Alex no es de esas chicas que me gustan a mi, las que parecen Barbies. Las de mi clase todas son así y todas mueren por mi, además cada día van conjuntadas con la laca de uñas.
Alex por otro lado era muy diferente a ellas, por un lado no vestía como las Barbies de mi clase, viste con ropa cómoda pero bonita. No tenía el mismo cuerpo que ellas o eso creo... Aunque tampoco le vi nada en el baño anteriormente, en realidad no se como es.
Alex volvió al salón de la ducha.
-¿Y cuando comenzaremos a buscar la puerta?- Dijo Alex.
-Supongo que mañana, según el tiempo que haga.- Dije frotándome el pelo ella me ignoro totalmente.-¡Hey! Te estoy hablando.- Le dije y me miró.
-¿Y? Como si estás con una...- Se calló, sabía lo que iba a decir.-Me voy, buenas noches Matt. Buenas noches imbécil.- Me miró con cara de querer matarme.
Después de hablar un rato máa con Matt me fui al cuarto que por mala suerte la compartía con la histérica de Alex.
Me metí en la cama y miré al techo, puse mis manos detrás de la nuca y comencé a respirar muy despacio.
Nunca me sucedió eso... Alex ni se fijó en mi, es más me ignoró por completo. Algo falla Justin, tu eres el dios de todas las mujeres. Todas las de mi instituto mueren por mi, las tengo en las nubes. Siempre falto a clase y si necesito algún apunte, coqueteo un poco y ya consigo los apuntes.
Algo cambia mi forma de ser cuando estoy con Alex... No sé que es, pero no me gusta ni un pelo. Pero... ¿Qué hago yo hablando de esa histérica amargada?
Después me dormí y me perdí en mi sueño pensando que aun sigo en este juego sin sentido, un mundo donde solo la habilidad cuenta.
Esperemos que os haya gustado :)
Comenten :)
Dentro de unos días más
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The Infinite Game™
Teen FictionChicago, año 3000, un grupo de tres amigos, inocentemente compraron un juego popular sin saber lo que les podría suceder.