El Boliche || Chriserick

Atractivo

Llegamos a su casa, no era la gran cosa, acogedora pero cómoda.

—Adelante —dijo apenas abrió la puerta, me adentré a su hogar observando cada rincón de este.

—Es bonita —halagé.

—Gracias.

—No hay de qué.

—¿Quiéres comer algo o ir al patio de una?

—No tengo hambre.

—Bien —caminó hacia la parte de atrás y lo seguí, abrió la puerta trasera dejándome ver el gran patio.

—¿No te aburre tener un gran espacio sólo para ti?

—Algún día voy a tener que compartir.

—Claro, nunca sabes cuando llegará la chica de tus sueños —me voltee y él me miraba divertido.

—¿Chica?, no, no, yo soy gay.

—Ahhh, cierto —reí.

—Bueno ya, camina —comenzamos a dar vueltas en el patio, caminando bajo la oscuridad de la noche.

—¿De verdad eres virgen? —pregunté asombrado, asintió.

—Siempre virgen nunca invirgen —reí—. Y tú, ¿Haces algo además de ser idiota los 365 días del año?

—Ya basta —me miró serio, no pude resistirme y comencé a reír—. Ayudo a una señora en una biblioteca.

—Oh, bien.

—¿Y tú?

—¿Qué no es obvio? —lo miré confundido—. Trabajo atendiendo la barra en un boliche llamado Clonn —comencé a reír por lo estúpida que había sido mi pregunta.

—Disculpa.

—No, no te preocupes —dijo sarcástico, dejé de reír y llevé mi mirada a él—. Oye, me sigues mirando y voy a tener que echarte.

—¿No te gusta que te miren?

—Me pone incómodo, además, no pienso que soy bonito y me hace sentir mal que me miren mucho.

—No eres feo.

—A ti no te gustan los hombres, no puedes saberlo.

—Erick soy hetero no ciego. Claro que te me haces bonito, y atractivo a decir verdad.

—Ok —aceptó—. Tú también te me haces atractivo.

—¿Y eso por qué lo dices?

—No lo sé, por si querías saber.

—Entendible —volteó a verme y me sonrió.