El Boliche || Chriserick

Miedo

Tahiel despertó, ni siquiera se desesperó por estar atado. Apenas nos vió, sonrió.

- Seré claro - hablé.

- Díme.

- No quiero que te vuelvas a acercar a Erick, nunca más, ¿Entiéndes?

- ¿Para decírme eso me atas?

- Lo hicimos para asegurarnos de que no tendrías alguna clase de reacción violenta, Idiota - dijo Erick.

- Olalá, Idiota - rió - Hermoso - le arrojó un beso - tomé a Erick de la mano entrelazando nuestros dedos, pude sentír su nerviosismo.

- Al parecer no entendiste lo que acabo de decírte, Tahiel.

- No, no, no, claro que entendí, ahora tú quieres estar con Erick, ¿No es así?

- Eso no es de tu incumbencia, solo no vuelvas a acercarte, de verdad, no me conoces.

- Ay que ruda la niña - suspiré.

- Te desataremos y te irás, ¿Entendido?

- Se, se, como digas - le dió una mirada a Erick desde sus pies hasta su cabeza - Podré conseguir algo mejor que este flacucho.

Desaté el nudo de la soga ignorando su comentario, lo saqué de la casa con la compañía de Zabdiel.

Nos quedamos los tres un rato en la casa, apróximadamente una hora, por las dudas de que volviera ese infeliz.

- Ya debo írme, Joel me espera - comentó Zabdiel y se levantó del sofá - Cualquier cosa, me llamas.

- Sí, tranquilo - nos despedimos y se fué.

- Chris... - habló Erick algo avergonzado.

- ¿Qué sucede?

- ¿Podrías quedarte hoy?, sé que es molestia, pero tengo miedo de que..

- Para nada, voy a hacerte compañia si eso quieres.

- Gracias.

- De nada - revolví su cabello - ¿Quiéres ir preparándote para dormír?

- Claro, voy a ponerme la pijama y regreso, espérame aquí.

- No iré a ninguna parte, Pequeño - sonrió.