Abrazo

857 98 8
                                    

- Y si tú me das uno aver que siento - propuso Erick a lo cuál lo miré extrañado.

- Acabas de decir que tú lo sientes normal.

- No sé por qué estamos hablando de besos en la mejilla, pero ahora quiero ver que siento yo, y ya sé que dije que lo sentía normal, pero anda, ¿Sí? - hizo un puchero a lo cual me acerque a su mejilla depositando un beso rápido - Bruto, más despacio. Rodé los ojos y me acerqué nuevamente dando un beso más calmado y natural.

- ¿Y? - pregunté.

Se quedó quieto mirando a un punto fijo, luego giró su cabeza hacia mí.

- Es raro.

- ¿Ves?, ¿pero por qué?

- Mmmm...no lo sé, pero a la vez es bonito - se expresó - Es como que es extraño, raro, bonito y cómodo - rió ante su respuesta - Es confuso.

- ¿Habías sentido eso alguna vez? - negó - Esto es extraño.

- Totalmente de acuerdo - rió - Aunque si me gusto un poquito - me miró haciendo un puchero a lo que lo miré confundido.

- ¿Qué? - pestañeó varias veces seguidas - No entiendo - bufeó.

- Deja, no perderé mi dignidad pidiendo algo.

- ¿Qué quieres pedir?¿comida?

- Nop, deja, ni que lo necesitara.

- Erick no entiendo.

- Nada, nada - sonrió - ¿Quiéres comer algo?

- ¿Qué puedes ofrecerme?

- Tengo una pochoclera - se encogió de hombros - Veré si tengo maiz - se levantó y caminó a la cocina.

Mientras esperábamos a que la "comida" esté lista, nos quedamos charlando en el suelo de la cocina.

En ese momento, no sabíamos que había sucedido, pero nos estábamos riendo de cualquier cosa.

Riéndonos sin algún motivo sentados en el suelo con nuestras espaldas apoyadas en las paredes enfrentados.

Erick dejó de reír para quedarse mirándome sin decir nada, solo con una sonrisa tierna por lo cual comencé a incomodarme.

- Creo que tengo una idea de porque me sentí extraño - habló.

- ¿Cuál es?

- No voy a decirte - se levantó - Y los pochoclos ya están listos - sonrió.

Estábamos sentados en el sofá, comiendo los pochoclos mientras charlábamos.

Erick estaba cubrido con una manta porque tenía frío.

- No hace tanto frío - comenté.

- Para tí, yo tengo frío - dejé el bol con los pochoclos en la pequeña mesita delante de nosotros y me acerqué a él rodeándolo con mis brazos - teniendo una manta es raro.

- Entonces has esto - tomé el otro extremo de la manta cubriéndonos a ambos - Y ahora - lo abracé.

- Ahora estoy más calentito.

- Es raro abrazar a un hombre.

- ¿Qué? - se alejó un poco - No hay ninguna diferencia jovencito.

- El sexo cambia.

- ¿En qué sentido? - al entender su pregunta golpee suavemente su hombro.

- Me refiero a femenino y masculino, idiota.

- Ahhh - rió - Disculpa, es la costumbre - se acercó y pasó sus brazos por mi abdomen abrazándome.

- No creí que serías tan malpensado.

- Ya te dije que las apariencias engañan.

Continuamos charlando un poco más, al parecer Erick ya había dejado de tener frío.

- ¿Ya estás mejor? - pregunté.

- Ya no tengo frío, entre comillas.

- Ok, ya puedes soltarme.

- Mmm..pero estoy cómodo - se acurrucó.

- Pero es raro, no me gusta.

- ¿Por qué?

- Si fueras una chica no creo que sea extraño.

- Pero no soy una chica.

- Por eso.

- No entiendo,¿qué diferencia Le encuentras?, o ¿te da asco abrazar a un chico? - negué.

- Es extraño.

- ¿Pero cómodo?

- No lo sé - lo alejé un poco.

- Ay ya la cagaste - me soltó por completo - ¿Dormirás en el colchón otra vez?

- ¿Qué otra opción me queda?

- Ninguna.

- Bién - reí - Entonces no hagas preguntas estúpidas - toqué la punta de su nariz - Tontito.

- Tontito tú.

- Erick, eres algo frío, pero siento que eres tierno.

- Eres la primer persona que me dice eso. Y si quieres saber, eres algo idiota pero siento que eres un tarado - bufeé.

- ¿Ya empiezas?

- Nunca terminé - sonrió - Quiero un abrazo.

- Ahí tienes una almohada - le señalé al otro sillón donde se encontraba la almohada.

- Pero tuyo - aclaró, sonreí y lo acerque en un abrazo.

El Boliche || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora