Capítulo 3

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Porque todo lo malo tenia que pasarme a mí, porque no me podía dejar en paz la mala suerte. Creo que es porque soy un blanco fácil, que atrae todo lo malo. Vine a esta ciudad (no muy alejada de la anterior) porque quería empezar otra vida, conocer a otras personas, pero supongo que aunque me vaya a la otra parte del mundo seré el bicho raro de siempre. 

Habia carteles por todas partes de mi foto en ropa interior con gilipolleces escritas en ellas. Salí corriendo e intente aguantar las lágrimas hasta que hubiera llegado al lavabo pero no pude.

Me pasé la mitad de la clase en el lavabo así que preferí quedarme allí hasta la segunda. De verdad iba a dejar que me humillaran de esta manera? ¡Pues claro que no! Estaba dispuesta a salir y afrontar las cosas  cuando casi piso una rosa donde tenía envuelta un trozo de papel donde ponía.

"No llores, porque te aseguro que nadie merece tus lagrimas. Y descuida, he quitado todas las fotos del instituto, y me he encargado de borrar las imágenes de todos los dispositivos.

Aunque no sea la hora de las cartas, no podía esperar para regalarte una de mis rosas

Con cariño, El cartero de las rosas, "

Por más absurdo que pareciera, me estaba encariñando demasiado con el tal "cartero de las rosas". Di mi mejor sonrisa a la carta y salí decidida a afrontar todo sin dejar que ni una lágrima salga. Cuando salí vi que no había ni un cartel con mi foto, y eso me hacia estar mas tranquila.

Entre al salon que me correspondía donde la maestra igual a los alumnos se me quedaron viendo como si no fuera real.

-Señorita, estas no son horas para llegar a clase.

-Lo siento, pero soy nueva y me perdí por los pasillos- no tenia porque decirle la verdad a esa mujer.

-Presentate a la clase-

-Soy Amber Steel, y seré vuestra nueva compañera.

-Que sea la última vez que llegue tarde - me advirtió la maestra.

Me fui a sentar al único lugar vacío del salón. Saque los libros correspondientes, y atendí a la poca clase que quedaba.

A la hora del almuerzo por fin me decidi si llamar a mi madre o no, pero me di cuenta de que ella era mi madre, y tenía derecho a saber que me pasaba. Al tercer toque respondió.

-Cariño, donde estas, esta bien, Tom Amber està llamando.

-Mama estoy bien, solo que estaba mal por lo de Loui, por eso me he mudado pero quiero que estes tranquila porque ahora estoy de maravilla- dije fingiendo una sonrisa sabiendo que no me podía ver.

-Cariño respetamos tu decisión, pero la proxima vez avisa okay, y no nos dejes solo una nota.

-Okay mama, y lo siento, bueno debo colgar. las clases empiezan.

-Chao cariño.

Las clases pasaron muy rápido, y me pase toda la tarde en la biblioteca hasta las 18:00

Llegue a casa, deje la mochila en el sofa y me dirigí a la cocina para hacer mi cena  pero antes de entrar  alguien pica a la puerta  con los tres golpes que llevo escuchando a lo largo de estos días. No voy a mentir, al principio me daba miedo pero ahora se me hace muy normal y si llega a haber algún dia sin que reciba mi flor, me extrañaría mucho. Salí y cogí la caja para volver a entrar a casa. Abrí la caja, cogí la flor y la puse en el jarrón donde las pongo todas y me puse a leer la frase de hoy.

"La mayor declaración de amor es la que no se hace: el hombre que siente mucho, habla poco."

MI CARTERO DE LAS ROSASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora