- Juliana, no te olvides de traer leche.- Su madre le gritó desde dentro de la casa. Estaba un poco nerviosa y volvía a estar contenta, hace solo unos días, liberaron a su madre del terrible secuestro que vivió y ahora estaba planeando hornear algún pastel en agradecimiento, y si, agradecimiento a su querida Valentina. Suspiró al recordarla ¿Como no lo iba a hacer? A parte de ser un monumento de mujer, fue ella quien la acompañó en todo el proceso de casi perder a su madre, en la inquietud y la inseguridad, fue ella quien le ayudo a salvarla. Si le daba demasiadas vueltas al asunto, le habria gustado darle algo más, incluso confeccionar algo para ella, pero el dinero no sobraba y en estos momentos era eso lo que tenia que ofrecer. Es especial si está hecho por sus manos ¿No?
Al llegar al almacen pidió lo que su madre le habia encargado, estaba decidida a solo recibir instrucciones. Pagó y se devolvio a su hogar, al menos la señora chismosa ya no molestaba tanto como antes, todo tenia un tinte diferente, todo, menos su relación con la rubia, quien seguia siendo su "amiga".
-Lupe, ya traje lo que pediste ¿Ahora que?- Dijo alto al notar que su madre no estaba en la cocina.
- Pues empieza por mezclar los ingredientes.-
Dos horas fatidicas pasaron entre que hacia el bendito pastel, se arreglaba y se mandaba mensajes con su amiga quien le ofreció su chofer para que la fuera a buscar, pero ella prefirio llegar por sus medios a la universidad, solo debia dejarlo descansar lo suficiente para que se pusiera firme, o eso decían. Al menos era temprano. Cargaba con un paquete mediano en las manos, que en verdad se habia vuelto molesto en los viajes en el autobus para llegar, sin embargo pensaba que era algo que debia hacer, como compromiso consigo misma al menos, ya que notó que quizas fue un poco fria en esos momentos con quien mas la apoyaba, no iba a pedir perdón, pero si podia retribuirlo y bueno, tenia un plan.
Al llegar a la universidad, mando un mensaje avisando que ya estaba, mientras esperaba, comenzó a ver gente pasar, se sentia un poco diferente, no era envidia, pero se preguntaba si su vida hubiera sido distinta ¿Habria sido capaz de conocer a Valentina más facil? Puede que si, puede que no, a veces se preguntaba si ella le habia hecho caso por el hecho de ser diferente al típico estereotipo de gente que se le debia acercar, no todos los dias te habla alguien desconocido en el parque. Las cosas ya estaban como estaban, no sabia si hubiera sido mas facil, aun así habria sido mejor que ser "la hija del sicario" claro, aunque nunca vio molestias por parte de la otra ¿Siempre fue asi de sencilla o qué? Juliana pensaba en todas esas variables, en su proximo ingreso a la escuela de modas, hasta que unas manos taparon sus ojos.
-Adivina quien es...- Le hablaron bajito cerca de su oido, sonrió al sentir el perfume, obvio sabia quien era.
-Mmmm...No lo sé, no reconozco la voz.- Decidio bromear la morena.
-¡Hey!- Exclamo Valentina exagerando lo ofendida mientras seguia el juego.- ¿Como que no me reconoces?- Pregunto con sus manos en su cintura, como en una postura seria.
-Hola morrita...- Juliana levanto su mirada al estar ella sentada y la otra frente suyo, con una sonrisa.- En serio eres inconfundible.-
-Mientras lo sea para ti...- La mas alta se sento a su lado. El silencio se adueño de la escena, eso era lo que pasaba, Valentina soltaba frases como esa, que sinceramente lograban ponerla muy nerviosa, no tenia mucha experiencia asi que no sabia que hacer después.- ¿Que traes ahi?- Decidió romper el silencio Val.
-Te traje una muestra de agradecimiento por cuidar tanto de mi...- Juliana agacho la cabeza con un poco de timidez.
-No era necesario...- Contestó.- Pero lo acepto con mucho gusto.- Agrego al ver que Juls iba a decirle que si lo era por varios motivos. - ¿Me acompañas a dejarlo en mi casa y luego hacemos algo?-