Soft

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Alirio cerraba la puerta de ma camioneta para ir a paso rapido al maletero y sacar una silla de ruedas, el alta había llegado a Valentina como una bendición ya que estaba aburrida en esa clínica. Juliana ayudó al hombre a sentar a Valentina y él dejo que ella la llevara

- Se te ve féliz de volver.- Dijo Guille quien caminaba junto a ella y Renata.

-El aire de mas clínicas es muy pesado...- Respondió mirando al cielo y dejando que el sol le diera energía.

-Vamos a ver si contratamos a una enfermera de confianza...- Dijo Eva llegando a su lado, mientras llegaban a la entrada de la casa, en donde esperaba Chivis.

-No necesito una enfermera...- Dijo Valentina rápidamente. Tanto la cara de Chivis como la de Eva se sorprendieron, la mayor de todas pensaba que ella podía cuidar a su niña muy bien y la otra no quería ni pensar a que se refería.- Juliana me va a cuidar muy bien...-

-¿Qué?- Eso dijo la morena pero era la misma pregunta que se hacían las otras dos.

-Si, son solo tres días de reposo absoluto, después me puedo cuidar sola...- Valentina estaba empecinada.- Además podría no querer tomar mi medicina...- Su expresión era el de una niña.

-Pero Val...quizás si necesites algo mas profesional.- Sugirió Juliana, no es que no quería cuidarla, pero en serio pensaba que estaría mejor cuidada por alguien que sepa. Eva escuchaba atentamente, por primera vez en su vida, y probablemente única, pensó, estaba de acuerdo con la callejera.

-¿Estas diciendo que no quieres cuidar de mi?- Valentina se dio vuelta, o al menos lo que su herida le permitía.

-No, no...- Contestó la otra rapidamente.

-¿Entonces?-

-Supongo que podría pedir permiso en la uni por este día viernes...- Juliana llevó una mano a su nuca, viendo la cara de los demás presentes. Eva se enojó, nunca iba a estar de acuerdo con ella. Valentina por su parte ponía una expresión ganadora.

-Dominada...- Eva le susurró a Juliana antes de entrar a la casa.

-Yo la subiré.- Dijo Guille al llegar a la cocina. Juliana asintió y fue a buscar una botella de agua a la nevera para subirla, ya le quedaba menos para tomar su remedio a Val.

-Accediste muy fácil...- Dijo Chivis ahí mismo mientras preparaba algo. Juliana suspiró, se le habia olvidado que esta señora tampoco la quería.

-¿A que se refiere?-

-¿No viste la actitud de caprichosa en la que anda? Desde niña hace eso, cuando se cayó del árbol obligó a su madre a quedarse esos días con ella para que no se fuera...-

-¿Y eso que tiene de malo? Me fue a salvar a mi, no solo se lo debo, también quiero hacerlo, es mi novia.- Dijo Juliana.

-A Valentina no hay que darle todo lo que quiere...- Dijo la mayor antes de continuar. Juliana frunció el ceño, no encontraba sentido.

-Aqui traje agua...- Juliana llegó a la habitación en donde Valentina luchaba por quitarse la venda.- Deja que te ayude...-

-Gracias...- Dijo la mayor sentada en su cama, mirando hacia arriba como perrito herido, bueno, lo estaba. Lo que no se acordaba Juliana es que debajo de las vendas no había nada, tragó saliva al ir descubriendo esa parte de su cuerpo, ya la había visto antes, si, pero a veces no podía describir la belleza de Valentina, quizás era un montón de factores, que unidos podían matar a cualquiera, su piel blanca y tersa, su abdomen un poco marcado, sus senos que parecían esculpidos por los dioses, podía ver la reacción de sus poros al tocarla, el contorno de su cuerpo, el sol desde la ventana que parecía hacerla resaltar y sin duda la mirada que  le estaba dando ahora, era como una receta para poner sus nervios de punta.- ¿Se ve muy mal? - Preguntó la rubia bajito y con un temor quizás irracional de no gustarle.

JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora