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Después de varios minutos y luego de que las lágrimas dentro de él se detuviesen, cansado ya de llorar, Allen continuaba recostado sobre la aterciopelada superficie, rodeado de aquella nieve tersa que, en algún momento, se había transformado en un montón de plumas que descendían desde algún punto del cielo de aquel mundo resquebrajado y traslúcido.

—Allen, no importa si me odias... —Continuó hablando el Noé, quien ahora abrazaba sus rodillas y apoyaba su mejilla en éstas, con sus ojos dorados fijos en el menor— yo siempre te querré. Pero por alguna razón, lo has olvidado...

¿Olvidado el qué?

—Todos han olvidado el profundo amor que les tenía —añadió taciturno, con una expresión que perforó hondamente el pecho del albino.

¿Quién era realmente esa persona? ¿Y qué eran... esos extraños sentimientos?

Algo en su interior anhelaba tocar al castaño frente a él, desesperadamente. Como si hubiese estado reprimiendo aquel deseo por demasiado tiempo. Como si hubiese estado extrañando a esa persona por un tiempo desmesurado.

—Nea... —Susurró antes de darse cuenta, con un hilillo de voz; sorprendiendo al ajeno, quien le contempló estupefacto.

—Has hablado... —El otro se aproximó más a él, sujetando la diestra del albino para acercarla a sus labios. Sus irises color ámbar resplandeciendo con obvia emoción— has dicho mi nombre, Allen. —Besó el dorso de su mano con ternura, llevando una de las suyas al rostro del menor para despejar éste de los flequillos albinos que estorbaban su visión.

Aquellas caricias, esas palabras; el sólo hecho de que le llamase por su nombre. Una recóndita parte del corazón de Allen era enormemente dichosa. Una felicidad tal que lastimaba.

Quería a esa persona. De la misma forma, o incluso más de lo que había querido a Mana Walker.

Le amaba.

Y fue a causa de ese amor, que estuvo dispuesto a entregar su vida al otro sin querer nada a cambio. Sin importar nada más que Nea...

«—No importa si tardas docenas de años en renacer, yo definitivamente protegeré tu memoria.»

Los recuerdos quebrados del pasado resurgían con agresividad, lacerándolo. Su existencia desvaneciéndose poco a poco.

«—Porque Nea me salvó de mi propia soledad, dándome una razón para vivir. Por eso y más yo... ¡cantaré para Nea!»

Los fragmentos ocultos de una vida pasada continuaban entrelazándose, completando el rompecabezas que había permanecido escondido en lo más hondo de su mente, en un recoveco de su frágil memoria: un él del pasado solitario y errático. Tan distinto al él del presente pero al mismo tiempo tan similares.

Porque por siempre había estado solo...

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Neah x Allen || Broken by || RayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora